«Nubes bajas» quiere industrializar su producción de dulces

Los chicos y chicas que participaron durante el año en los proyectos productivos financiados por el ministerio, tuvieron que sumar este verano a los adultos de la Casa del Niño para llegar con la producción necesaria para el stand con el que participaron en los corsos de Unquillo.

La dulcera (foto) y la granja “Nubes Bajas” integran el proyecto que en el marco del programa Organismos de Gestión Asociada aprobó el ministro Daniel Passerini para el 2013 y que supone la reconversión institucional de la Casa del niño: trabajar el derecho a vivir en familia y generar oportunidades de desarrollo personal a niñas, niños y jóvenes.

Con una producción artesanal de 40 frascos diarios, la dulcera se propone para este año lograr la habilitación para producir industrialmente y de ese modo ampliar su capacidad de dar trabajo a más adolescentes y adultos que quieran desarrollar el oficio.

La granja por su parte alcanzó el objetivo de que la producción de huevos sea autosustentable, ya que luego de satisfacer las necesidades de consumo interno de la institución, las pequeñas cantidades que se venden son suficientes para cubrir los gastos que demanda el gallinero.

En la huerta ya se producen plantines de hierbas aromáticas y crece la cantidad de vegetales y legumbres que se siembran y cosechan.

Todos tienen voz. Recobrar y fortalecer las áreas productivas es una parte del cambio institucional operado. El otro componente central es el proceso de participación generado para que niñas, niños y jóvenes puedan pensar y expresar sus intereses y deseos.

Las asambleas semanales que tienen lugar en cada una de las casas en las que viven chicas y chicos sin cuidados parentales son la herramienta principal que motoriza proyectos.  En estas asambleas, los mismos chicos definen las reglas de convivencia, se plantean objetivos personales a lograr en la semana, se proyectan actividades o deseos a futuro y se evalúa el cumplimiento de las normas.

De este modo, se  “fortalece la buena convivencia, posiciona a los jóvenes en nuevas formas de verse y relacionarse con los demás, pensando en el presente y hacia donde van, empezando a dibujar su futuro”, sostiene Gabriel Zamora, integrante de la Comisión directiva que asumió luego de la intervención judicial a la institución.

El director general de Descentralización e Integración Regional del ministerio, Mauro Moyano, se manifestó satisfecho con los avances en el derecho de niñas y niños a vivir en familia desde 2013. De los 27 niñas, niños y adolescentes sin cuidados parentales, seis ya se encuentran en etapa de definición viviendo a entornos familiares y otros seis en procesos de vinculación.

A los demás adolescentes se los está apoyando en la construcción de un proyecto de vida autónomo, incluyendo a los de 16 años y más, con becas de reconversión laboral, estimulándolos para el sostenimiento de sus estudios y generando con ellos oportunidades de intercambio y recreación que los incluyan en la comunidad en la que viven.