Marcelo Mangini es el flamante director del Ballet Oficial de la Provincia. Tiene el aplomo de quien conoce a los bailarines, los repertorios, los espacios físicos del teatro. Desde su nuevo cargo se prepara junto a toda la compañía de ballet para la función que brindarán hoy domingo domingo 17 de abril en el marco de los festejos por el 125 aniversario del Teatro del Libertador.
En el cuarto piso del teatro donde funcionan las salas de ensayo del Ballet Oficial, Mangini se toma un respiro para referirse a algunos temas que nos interesan.
Para la gala del 125 aniversario tiene un programa exclusivo integrado por fragmentos de tres ballets diferentes. Al respecto nos dice: “Primero vamos a hacer Noche de Walpurgis, que es un ballet muy antiguo pero muy lindo con una escenografía impactante. El segundo ballet es un quinteto de mujeres con un varón que se llama La Vivandiere, diferente en su técnica al primero, y cerramos con el tercer acto del Lago de los Cisnes, donde está el famoso cisne negro, y que a mí me da la posibilidad de que baile casi toda la compañía”.
El bailarín y coreógrafo tiene centradas sus expectativas para este año en que más gente asista a las funciones del ballet.” Está bueno que la gente venga y sepa que existe un Ballet Oficial que también es popular por más que estemos en un teatro lírico”, agrega “Mi expectativa es que les encante lo que vean”.
Fiel a la idea de consolidar una compañía de ballet que ponga en escena las más altas expresiones de la historia de la danza clásica, también las formas populares, y las coreografías de vanguardia, el director ha pensado una programación variada, para todos los gustos; y adelanta una primicia al referirse al estreno por parte del ballet de la obra Silvia, una puesta original a nivel Latinoamericano, que nunca se ha hecho en Córdoba.
En ese sentido, destacó la entrega de los bailarines, la buena energía con la que se trabaja y la predisposición de bailarines y profesores para resolver las dificultades que se puedan ir presentando.
Marcelo Mangini no disimula la emoción que lo inunda cuando se refiere al Teatro del Libertador como su “segundo hogar” en el que pasa más tiempo que en su casa. “Desde muy chico siempre estuve vinculado a esta compañía, desde los 16 años que soy parte de este divino teatro y desde los 23 años que soy primer bailarín de la compañía”.
“Para mí todos los días venir al teatro es un placer, es mi lugar, vengo feliz. Para mí este lugar, este edificio es parte de mi vida, este es mi amor”, concluye Mangini.