Cultura: duendeando en el Sobre Monte

  • Leyendas urbanas, fantasmas y monstruos, patrimonio intangible de nuestra oralidad, son los protagonistas de esta actividad que propone el histórico Museo.  
  • La charla está a cargo de Claudia Rivarola.
  • La invitación es para el domingo 29 de agosto, a las 16.30. La entrada es gratuita, con reserva previa vía autoentrada.

A lo largo de la historia de la humanidad, seres aterradores han protagonizado relatos que se transmiten de generación en generación y nuestra Córdoba no está ajena a esta tradición ya que cientos de historias populares circulan entre nosotros. Estas leyendas urbanas, sin dudas, exponen el patrimonio intangible transmitido por la oralidad y que se conservan en nuestros días.

Retomando estos relatos, y a través del ciclo Museo misterioso, el Museo Histórico Marqués de Sobremonte invitó en las últimas semanas a zambullirse en este mundo de monstruos y fantasmas proponiendo a sus visitantes una serie de actividades destinadas a “develar” algunos de estos personajes, acercarse a ellos y hasta jugar con sus formas e historias. Para dar cierre a este ciclo de fantasmas y leyendas, el 29 de agosto a las 16.30, el espacio ubicado en Rosario de Santa Fe 218 invita a Duendeando con Azor Grimaut, una charla dirigida a toda la familia a cargo de Claudia Rivarola. La entrada es gratuita y para participar de la actividad, respetando los protocolos vigentes, se requiere reserva previa vía Autoentrada.com ya que la capacidad es limitada.

De fantasmas y otras yerbas

Estas narraciones están basadas en los relatos de Azor Grimaut, quien diera vida a estos personajes fantasmagóricos. Conocido como poeta y publicista, don Azor nació durante el invierno cordobés en 1902 en el barrio General Paz. A los 20 años se dedicó al periodismo y escribió para las páginas de La Voz del Interior, con el seudónimo de Loica y de Luis Pulso para publicar en el diario relatos de costumbres, folklore donde le interesaba hacer registro del habla popular cordobesa. En 1953 Grimaut publicó Duendes de Córdoba, entre cuyos relatos se honraron insospechadas criaturas y aparecidos del Matadero viejo, el Calicanto de la Palada y la esquina del Degolladito.