Si bien la enfermedad de Chagas abarca toda la extensión de América Latina, la magnitud del problema sanitario que representa en las zonas rurales estructuralmente más pobres y marginales del norte de la provincia de Córdoba, localizadas en los departamentos Pocho, Minas, Cruz del Eje, Ischilín, impulsó la creación del programa de Erradicación de Viviendas Rurales y Periurbanas en las que anida la vinchuca y produce el Mal de Chagas.
Este plan multidisciplinario tiene como finalidad la disminución y posterior erradicación de la endemia. Incluye la educación de los pobladores para que incorporen hábitos higiénicos adecuados y, así, evitar la proliferación de la vinchuca, la fumigación periódica, y también su partición en el mejoramiento y/o sustitución de las viviendas más precarias, candidatas al anidamiento del vector.
El relevamiento exhaustivo efectuado por profesionales de los ministerios de Salud, Desarrollo Social e Infraestructura en las zonas rurales afectadas por el Mal de Chagas, arrojó como resultado la necesidad de construir 2.300 viviendas. A tres años de la puesta en marcha del programa ya se edificaron y entregaron 1.162; y otras 1.138 unidades habitacionales están en ejecución.
Además de la cuantificación del plan, los representantes comunales y técnicos del ministerio de Desarrollo Social definieron los sectores de intervención en cada departamento según criterios de selección definidos a partir del tamaño de la localización de los asentamientos, estabilidad de la población, facilidad o dificultad de accesos al sector, distancias a centros de servicio y/o abastecimiento, etc.
El desarrollo del proyecto necesariamente involucró a toda la comunidad, para recuperar sus experiencias respecto de la enfermedad, asegurar la apropiación de las nuevas viviendas por parte de sus pobladores y fomentar la toma de conciencia respecto de la problemática, base necesaria para obtener resultados a corto plazo y de extender los beneficios alcanzados a otras regiones que padecen la endemia.
Desde Infraestructura se proyectó, diseñó y ejecutó un conjunto habitacional que rescata el modo de vida de los pobladores, generando un espacio galería semicubierto en el que se desarrollan las actividades cotidianas en periodo estival. Vinculadas a la misma se localizan los espacios de dormitorio y estar. El área para cocina se plantea abierta hacia la galería, generando un núcleo húmedo junto con el baño y el área de ducha que poseen ingreso independiente de las áreas de estar.
La ejecución de las tareas de construcción y/o mejoramiento son realizadas por los propios habitantes de los parajes, dirigidos por profesionales de gobierno de las áreas de Vivienda, Salud y Desarrollo Social, supervisados por inspectores de la subsecretaría de Vivienda, los que verifican la correcta ejecución de las tareas y proporcionan las soluciones técnicas que sean necesarias para adaptar las unidades, los materiales y la tecnología a cada situación particular.