Las Ninfas pusieron a bailar a las mujeres de Bouwer

Un telón rojo con letras de papel que cubre la pared del salón en el Penal N° 3 de Mujeres de Bouwer, lo dice todo: “Hoy gran show de Las Ninfas”. Sentadas y ansiosas, unas cien internas esperan que las artistas salgan a escena. Cuando el show por fin comienza, a puro ritmo, todas mueven sus pies en las sillas y al rato ya nadie queda sentada. El penal es una gran pista de baile.

Las Ninfas son un grupo de mujeres que hacen música inspiradas en el son cubano, la salsa, la cumbia y otros ritmos latinos. Fueron las invitadas de este martes, a un nuevo concierto de la agenda cultural de verano que el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos lleva adelante en las penitenciarías de la Provincia.

Fue un concierto intenso, una verdadera experiencia, un viaje rítmico por diversas emociones. A los pocos minutos de comenzar a tocar, Paula Cantarutti, guitarrista y voz del grupo, anunció que cantarían “Cobarde”, un tema de la banda dedicado a la violencia de género. “Las miro a los ojos y sé que todas entendemos de qué estamos hablando”, dijo. Durante los cinco minutos duró la canción, muchas mujeres se buscaron para abrazarse, otras lloraron en silencio. Así, con el mensaje y con los ritmos, artistas y público siguieron compartiendo la mañana gracias a la música.

Cuando el show ya había comenzado, por la puerta entró Fernanda dando unos pasos de cumbia y se ubicó al fondo. A mitad del concierto Las Ninfas comenzaron a repasar el repertorio de Gilda y la aprobación fue unánime. Entonces Fernanda, que llegó al penal hace poco desde Buenos Aires, sintió esa música como un llamado, caminó hasta el escenario improvisado y agarró un micrófono para cantar “Paisaje” junto con Las Ninfas. “Es que estos temas a mi me tiran, soy de Buenos Aires. Yo los cantaba en la guitarra” dijo. “Este tipo de actividades nos hacen muy bien, nos llenan de vida”, agregó.

Con Gilda llegó el momento de liberación. Todas se pararon y comenzaron a bailar. “Gilda les llega muy profundamente”, dijo Regina Grigioni, vientista de la bada. “Teníamos muchas ganas de venir a tocar acá y compartir un momento con las chicas. Fue un momento de mucha transmisión de energía”, dijo.

En distintos momentos del concierto subió a cantar Josefina Di Bert profesora del taller de música en el Penal. En el taller enseña ritmos latinos que aprenden a partir de la percusión corporal e instrumentos fabricados por ellas mismas, con tachos de 20 libros u otros materiales reciclados. Mimí, alumna del taller desde hace tres años, dice que es uno de los momentos que más disfruta. “Hasta hacemos nuestras propias canciones”, cuenta.

El ciclo de eventos continúa la próxima semana, con dos conciertos musicales. Se trata de una política del Ministerio de Justicia para garantizar el derecho a la recreación a quienes están privados de su libertad.