Brochero: un legado más allá de las creencias

cura brocheroNo son muchas las ocasiones en las que aparece una figura que trasciende esferas hasta lograr el reconocimiento y la admiración de distintos credos. Bueno, si hay alguien que borró esos límites es el Cura Brochero.

Representantes del Comité Interreligioso por la Paz (Comipaz) así lo creen, al igual que también lo hace el padre Javier Soteras. La unanimidad es el punto en común al referirse a este sacerdote como un modelo de ciudadano y de entrega permanente a los más débiles.

“Realmente es un hombre admirable, con una gran vocación, con toda una vida al servicio de los más pobres y de los más necesitados. En la iglesia evangélica tenemos el mayor de los respetos por su personalidad porque ha trabajado siempre en función de los desprotegidos”, destaca el pastorcura brochero Norberto Ruffa.

Al igual que él, Marcelo Polakoff expresó que “como judíos argentinos y cordobeses estamos muy felices que el cura gaucho sea canonizado”, al tiempo que comentó que el sacerdote supo darle entidad a los significados originales de su nombre José Gabriel, dos palabras que derivan del hebreo.

“José significa aquel que congrega, que suma; y Gabriel significa varón de Dios. Y exactamente así era el cura. Además, la palabra varón viene de la palabra gobernar, lo que de alguna manera hacía Brochero porque levantaba escuelas, puentes, caminos”, compartió el rabino.

Por su parte, el padre Javier Soteras concordó con estas ideas, e insistió en la importancia de identificar en el Siervo de Dios “un modelo a seguir”. “Él presentó el evangelio de manera renovada en su época compaginando palabra con gestos. Brochero tenía la elocuencia de la palabra para que la gente lo entendiera, por ejemplo al estilo de Francisco, porque hablaba más con los gestos que con las palabras. Campechano, amigo, cercano, dialogó con todos, y eso es muy importante actualmente para la sociedad argentina”, sostuvo.

Un camino a transitar

Al hablar de Brochero, las palabras de Soteras son claras, y llenas de esperanza porque está convencido que aquel pastor con olor a oveja nos sigue enseñando hoy con su obra. “Fue un hombre amplio, de un corazón inmenso, que nos muestra todo un camino a la sociedad argentina, que tanto necesita del instrumento del diálogo para estrechar vínculos y lazos entre los todos sectores”, manifestó.

A más de 100 años de su muerte, este sacerdote logró, entre otras cosas, marcar una unión inseparable entre la fe y lo social. En este sentido, Ruffa aclaró que “todos los que estamos en el trabajo religioso, trabajamos mucho en lo social, que es parte de la vocación de Brochero. Y creo que tenía que ver con el ejemplo de Cristo, ayudar a los pobres, a los necesitados, con amor porque el amor es muy importante para hacer cualquier tipo de trabajo espiritual, social o lo que sea”.

“Es que no existe esfera religiosa sin esfera social”, opinó Polakoff, quien además dijo: “Ser religioso adentro de un monasterio, mezquita, sinagoga es muy fácil. El desafío es ser religioso afuera, y Brochero lo hizo. Ojalá nosotros lo imitemos”.

Santo para todos

El próximo 16 de octubre, José Gabriel Brochero se habrá transformado en el primer santo nacido y fallecido en Argentina, y canonizado nada menos que por el papa Francisco. Será un “hito en la historia”, como lo señala bien Ruffa, y mucho más, según Polakoff: “Siempre será bueno porque se pone como modelo a alguien por la trascendencia de su obra”.

“Roma va a estar llena de peperina, va a tener el aroma de lo nuestro”, enfatizó, a su turno, Soteras.

Y es que todos hablan de Brochero y su santificación. Córdoba palpita el gran día, ese en el que verá cómo aquel cura gaucho, que transitaba lo árido de Traslasierras, evangelizando a lomo de mula y dejando para siempre fecundo su legado, se convertirá en Cura Brochero, el santo de todos.