En Río Ceballos, a estas horas, cuadrillas trabajan afanosamente para restablecer cuanto antes la normalidad que interrumpió el temporal que el pasado domingo se cobró cuatro vidas y provocó la destrucción de viviendas y comercios.
La actividad es intensa en el Centro de Acopio municipal, donde decenas de voluntarios dividen alimentos y colchones, o en la sede del Centro Comercial donde otras manos jóvenes celebran, cuando cae la tarde del jueves, el arribo de nuevas donaciones: mil pares de zapatillas y decenas de camperas que inmediatamente serán repartidas en los barrios donde la correntada arrasó con todo.
«El río está liberado» asegura Alberto Bustamante, el presidente del Concejo Deliberante, y explica que «esta era una medida imprescindible pensando en que si llegamos a tener nuevas lluvias es preciso que el agua fluya sin obstáculos». Junto al secretario de Coordinación Administrativa y Financiera, Eduardo Baldassi y el secretario de Gobierno, Pablo Murúa agradecen la solidaridad de los vecinos y la ayuda del gobierno y la buena disposición de los empleados municipales «que nos ha permitido completar con rapidez tareas impostergables para devolver la electricidad a los sectores sin luz y restablecer el suministro de agua potable».
«Cuando hablamos de la ayuda de la Provincia no lo decimos en sentido figurativo sino estricto», señala Bustamente, al precisar que «han venido el Gobernador, la Vicegobernadora y se han instalado aquí ministros porque nosotros no estábamos preparados para semejante contingencia y así pudimos organizarnos. Los empleados de la municipalidad también estuvieron al pie del cañón y se presentados todos».
El Concejo Deliberante de Río Ceballos se declaró en sesión permanente para proporcionar los instrumentos legales que los funcionarios requieran.En la noche del jueves, por ejemplo, estaba previsto que los ediles deliberaran para modificar una partida presupuestaria «.
A un costado de la avenida San Martín estaba «Los Mimbres», hasta el domingo 15 de febrero un paseo público con bancos y juegos infantiles.Por uno de sus laterales discurría un hilo de agua insignificante. El arroyo creció insperadamente y se llevó todo a su paso. Ahora las aguas han bajado pero aún suenan como una amenaza .
En el Hotel 18 de marzo todavía hay 100 evacuados y otros 40 en el Club La Quebrada. El secretario de Gobierno recuerda que la Provincia ha puesto a disposición de los damnificados el programa que les permitirá alquilar durante 6 meses hasta que se les pueda construir las viviendas en reemplazo de las que fueron destruidas por la creciente. En esa situación hay, por lo menos 50 familias.
Los trabajos más importante se desarrollan para tratar de conectar barrios que quedaron aislados y hay retroexcavadoras removiendo los escombros que dejó el pavimento arrasado. Se pudo reparar en tiempo récord el acueducto y hoy comenzó el restablecimiento paulatino del servicio de agua potable.
Empleados de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba operaban en distintos frentes para levantar líneas de media tensión, cambiar las líneas convencionales a pre-ensamblado, reemplazar postes e instalar medidores provisorios. Cuadrillas de Vialidad y del Ministerio de Agua intentaban c0ncluir los trabajos en la zona donde la correntada rompió puentes y borró los contornos del camino.
Eduardo Baldassi asegura que, transcurridos cinco días del fenómeno meteorológico, están mejor parados y saben que hay que celebrar cada paso que se da hacia la reparación de los daños.
«El río nos pasa por el medio y teníamos la ciudad partida.La estamos uniendo.Trabajamos ahora sobre un plan de obras .Tenemos gente de Vialidad de la Provincia que ya hizo una completa evaluación de los daños y ha proyectado en el tiempo para que recuperemos lo perdido».
Baldassi aclara, no obstante, que no puede saber cuándo culminará la tarea porque lo importante se está haciendo con urgencia pero minuto a minuto surgen nuevas cosas. Mientras tanto reitera el agradecimiento para todas las manos que ayudan y reivindica la labor de los jóvenes voluntarios que siguen ofreciendo lo más valioso que tienen, su tiempo, para hacer un poco más llevadera la situación de los que perdieron casi todo.