La industria del videojuego suma talento local

  • Córdoba se ha convertido en el polo de programación de software más grande del interior del país.
  • La UPC cuenta con la flamante Diplomatura en Videojuegos y prepará el lanzamiento de otras dos propuestas en el sector
  • El testimonios de tres egresados: docentes, práctica profesional y buenas perspectivas laborales.

Para apuntalar desde la educación pública el desarrollo local del sector de las nuevas tecnologías, la Universidad Provincial de Córdoba lanzó el año pasado la primera Diplomatura de Diseño, Arte y Programación de Videojuegos.

La industria del software es uno de los sectores estratégicos de la economía cordobesa, tal como ratificó días atrás el gobernador Juan Schiaretti, durante el lanzamiento de un programa provincial vinculado a la capacitación y el empleo en el sector.

Se pone en marcha el Clip: inserción laboral y capacitación en software

En el caso de la UPC, ya egresó la primera cohorte de la flamante diplomatura. Ahora la institución está por lanzar otra propuesta formativa vinculada a la Programación en entornos virtuales y una tercera sobre Arte y animación digital.

Respecto a esta primera experiencia, tres alumnos coincidieron que el diseño de la diplomatura tiene como puntos altos el trabajo y perfil de los docentes, el modo de cursado a través de una orientación práctica y la demanda laboral creciente del sector.

Gerónimo Hernández, uno de los egresados de la primer cohorte, señaló que «los profesores son profesionales de la industria, gente que sabe un montón y fue un golazo que gracias a la diplomatura nos pudieron transmitir todo el conocimiento en este año».

El trayecto formativo se dividió en Programación y de Arte. Los estudiantes trabajaron en grupos de tres a cuatro integrantes con el objetivo de desarrollar un producto jugable.

Gerónimo explicó que la integración de contenidos fue una de las cosas que más le gustó. «Te enseñan tanto lo que es manejar programas de modelado 3D y como después implementarlos en los motores gráficos para videojuegos. Te enseñan muy bien a complementar lo que es el arte con la programación«, señaló.

La formación le sirvió a Germán para ingresar al mercado laboral, ya que realizó una pasantía en la empresa Ravegan, que luego se vió interrumpida por la pandemia.

Descubrir una vocación

Daniela Rosales tiene 19 años y también cursó la Diplomatura de Diseño, Arte y Programación de Videojuegos de la UPC. A diferencia de Gerónimo, que antes había hecho programación, Daniela es estudiante de Psicología, la joven se enteró de la convocatoria mediante un evento de TecnoFem y obtuvo una beca para el cursado.

Daniela explicó que a través del trayecto orientado a la práctica descubrió su vocación: la producción de videojuegos. «Algo muy destacable de la diplomatura es que tenés que trabajar en un proyecto real, no es nada académico», dijo y agregó que «el objetivo se cumplió porque trabajamos en un campo real con los problemas y dificultades que surgen en un proyecto real, con las exigencias de un trabajo real».

A su vez, la diseñadora resaltó el rol de los docentes y su idoneidad: «Todos trabajan en la industria, viven en la industria y desde el primer momento nos inspiraron a hacer lo mismo»: Añade que le parece un acierto que los profesores los motiven a pensarse como «desarrolladores» de productos.

Junto a su grupo de trabajo, Daniela desarrolló el juego Lost Conection, un Role Playing Game o juego de rol de estilo cyberpunk con escenarios de Córdoba, ambientado en una ciudad futurista. Actualmente, se encuentra trabajando para presentar su proyecto en los concursos del Polo Audiovisual y tratar de obtener financiamiento para su desarrollo.

Trabajo de artistas

Juan Ciaurro, otro de los recientes egresados, se define como un artista conceptual y estudió varias carreras relacionadas al diseño. «No había una oferta (académica) como ahora, que tenés dónde estudiar videojuegos. Por mi parte, era como que todavía no me había definido que quería hacer esto», señaló.

Juan, al igual que Daniela, destacó el trayecto orientado a la práctica, cuyo eje es la elaboración de un proyecto de videojuego. «Estuvo muy bueno que desde el día uno largamos con un juego, o sea trabajar la teoría en la práctica. Te vas entusiasmando al momento y vas viendo cómo funcionan las cosas y, de golpe, cobra vida un personaje, cobra vida un universo, lo podés jugar», explicó.

El diseñador trabaja en Wopidom, una desarrolladora de videojuegos. «Mi trabajo ahí es hacer bocetos de escenas para un cliente nuestro que es el Criminal Case, un juego insignia de lo que es el género de finding object o encontrar objetos», indicó.

Junto a sus compañeros Mariano Sosa y Marco Graffi, desarrolló el juego The First Night, que cuenta la historia de Sam, una chica que debe descubrir quien asesinó a su familia en un contexto de apocalipsis zombies. Por este proyecto, fueron ganadores del concurso del Polo Audiovisual de Córdoba en la categoría de estudio sin antecedentes.

Mirá los proyectos finales