La banda y el bastón de mando del traspaso de gobierno

El cambio de gobierno no sólo supone una transición en términos políticos e institucionales, sino también la ejecución de un traspaso protocolar que pone de manifiesto la llegada de un nuevo gobierno expresada en la entrega de dos atributos de fuerte simbología: la banda y el bastón de mando.

Por tradición, en toda renovación de mandato cada titular del poder ejecutivo provincial recibe una banda y un bastón nuevo, los cuales se suelen conservar como recuerdo de su paso por la conducción política e institucional de la provincia.

En Córdoba ambos fueron creados en el contexto de la provincia. La banda fue realizada por las Hermanas Adoratrices Españolas radicadas en nuestro territorio, siendo bordada y confeccionada a mano, en un trabajo elaborado con seda natural.

Por su parte, el bastón de mando del gobernador electo, Juan Schiaretti, fue hecho por Ezequiel Gabrieli, quien -desde el año 2003- encara la responsabilidad de fabricar uno de los máximos emblemas protocolares en las transiciones de gobierno.

En esta oportunidad fue construido en madera de guayacán realizada en plata 900. Además, posee detalles en relieve del Escudo provincial construido en oro de 18 quilates. En su parte baja, rodea la empuñadura la frase “A Córdoba la hacemos entre todos”, mientras que en el reverso se encuentra la bandera al viento de la provincia de Córdoba con el sol de oro. Finalmente, lleva inscripto, también, la fecha “Diciembre de 2015” en números romanos y el monograma JS, iniciales del gobernador electo.

Insignias de una simbología histórica

La relevancia de los atributos, su importancia protocolar, se encuentra en el valor simbólico que le imprimen a la ceremonia de traspaso, representando la distinción y el símbolo del poder institucional del Ejecutivo.

Ambos se rigen principalmente por los usos y costumbres, aunque su origen histórico tiene características distintivas.

La banda está inspirada en la banda de la Orden de Carlos III que lucen los reyes españoles desde 1771, con los colores de la Bandera argentina y un sol dorado en el centro. Se trata de una tira o cinta delgada de tela que se coloca, en forma cruzada, sobre la indumentaria para significar que su portador es titular de una dignidad u honor. De este modo, constituye una distinción honorífica que se coloca atravesando el hombro derecho y cayendo hacia el costado izquierdo.

En tanto, el bastón es una analogía del cetro de los monarcas europeos y las varas de mando que los virreyes y alcaldes coloniales utilizaron simbólicamente hasta la primera década del siglo XIX en nuestro territorio. De hecho, varios museos -como el del Bicentenario- aún conservan algunos de esos bastones.

Esta obra de orfebrería constituye un complemento protocolario que denota, en la persona que lo porta, autoridad en relación a un grupo social o colectivo identitario.