En 1984 Córdoba montó un escenario para que el mundo conociera a Latinoamérica

  • El Primer Festival Latinoamericano de Teatro movilizó a toda la ciudad.
  • En coincidencia con la recuperación democrática, la gente ganó las calles y las plazas para ver decenas de representaciones artísticas.
  • El titular de la Agencia Córdoba Cultura, Raúl Sansica, recordó esos días de movilización popular.

Los que tienen los años suficientes para haberlo vivido sienten nostalgia de la primavera cordobesa de 1984, no sólo porque la estación engalana la geografía local con aromas y colores excepcionales. Ese año, en particular, toda la carga simbólica de un tiempo cálido y de renovación estalló en las calles y las plazas a las que se volcaron miles de personas para participar del Primer Festival Latinoamericano de Teatro.

Fueron diez días grabados con caracteres indelebles en la memoria popular. El dramaturgo, director, guionista y escenógrafo Carlos Giménez, uno de los organizadores del aquel encuentro fundacional, lo describiría en estos términos. “Es la primera gran fiesta no sólo de la democracia recuperada, es el primer gran acto político excepcional que este país tiene en los últimos cincuenta años. La gente vino a constatar este hecho excepcional: Argentina es parte de América Latina”, dijo.

Referencia: AHPC, fondo Poder Ejecutivo, 1984. Originales, diapositivas a color.

El Primer Festival se desarrolló del 18 al 28 de octubre de 1984. La muestra oficial contó con la asistencia de elencos de Brasil, Ecuador, España, Colombia, México, Puerto Rico, Uruguay y  Venezuela.

En la muestra paralela participaron representantes de Chile, Italia y Canadá. Por primera vez llegó al país el grupo catalán La Fura dels Baus, que entonces presentó «Accion», una perfomance con un despliegue escénico y coreográfico vanguardista que convocó  no sólo al público acostumbrado a  ver  teatro, sino también a gente que tenía  el primer contacto con la actividad.

El actual presidente de la Agencia Córdoba Cultura, Raúl Sansica recuerda el 84 y el festival como la primera experiencia democrática para una generación, la suya, que había transcurrido la adolescencia durante la dictadura.

Estudiaba por entonces en el Seminario de Teatro Jolie Libois de la Provincia que ahora depende de la Agencia que él dirige, un ciclo completo cuyos primeros pasos tienen ese escenario privilegiado de una ciudad volcada a las calles para disfrutar de un acontecimiento cultural que se le había negado en un período especialmente oscuro y doloroso.

La delegación local estaba compuesta por el elenco estable de la provincia, La Comedia Cordobesa y La Banda Trama, surgido del circuito del teatro independiente  y grupos de Buenos Aires y Entre Ríos.

Y así como retornó Giménez para arreglar los detalles organizativos de un festival que pretendía que fuera histórico para una ciudad que consideraba propia pese a su origen rosarino, también emprendieron el regreso del exilio María Escudero, Jorge de la Vega y Graciela Ferrari, integrantes del mítico grupo Libre Teatro Libre.

Aquellos diez días de octubre fueron el comienzo de una saludable costumbre que se cristalizó en diez ediciones consecutivas, hasta 1994. Intercalado, se realizaba el Festival Nacional de Teatro.

Sansica es contundente cuando habla de lo que ocurrió en Córdoba hace 39 años. Y, por supuesto, su memoria emotiva tiene un compartimento especial para la Fura dels Baus. “Nos voló la cabeza”, grafica.

Referencia: AHPC, fondo Poder Ejecutivo, 1984. Originales, diapositivas a color.

Y explica las razones. “Es que excedía todo el conocimiento que teníamos del teatro… Esta cuestión multifacética de los intérpretes; había heladeras, autos, fuego… fue conmovedor. La fuerza, la convocatoria que tenía y que venía a representar lo que era la democracia, la libertad de expresión, el poder buscar nuevos caminos. Eso para mí es la imagen de esos días con la que me crié democráticamente”.

“La X nos abría todas las puertas”

Aquel festival que se escenificó en la Córdoba del 84 fue el primero de carácter internacional de Argentina y dejó un halo de prestigio que se extendió a todo el continente.

El titular de la Agencia Córdoba Cultura formó parte después de su egreso, de un grupo de teatro bautizado “Entrámite” y recuerda que siguiendo los lineamientos que impuso el festival decidieron salir a los barrios, las cárceles y los hospitales y a recorrer la provincia, el país y finalmente toda Latinoamérica.

“Ahí advertimos que el festival era uno de los referentes de la región. En los otros países no había encuentros similares, entonces todos miraban al nuestro, todas las compañías internacionales querían venir a Córdoba”.

Y por entonces la letra que identificaba a esta provincia era la X, porque con ella comenzaban las patentes de los vehículos cordobeses. “Nosotros la mencionábamos y eso nos habría muchas puertas, porque rompía el hielo y además enriquecía y engrandecía nuestro curriculum”, rememora Sansica.

A la distancia, vale la pena recordar que en la apertura del encuentro del que luego hablaría todo el continente, el entonces subsecretario de Cultura, Héctor Rubio, enumeró algunos de los objetivos que, como se verá, se cumplieron.

Sostuvo entonces que  los organizadores pretendían “promover un reencuentro de la Argentina y de Córdoba con la problemática latinoamericana, en el marco del renacimiento democrático promovido por las últimas elecciones en nuestro país”.

También dijo el funcionario que esperaban “suscitar las condiciones favorables para un contacto entre los operadores de la cultura que ayude al hallazgo y la definición de las identidades nacionales latinoamericanas”.

Sansica afirma que también hay que tener en cuenta al aprendizaje que posibilitó el festival. “La gente de acá podía capacitarse con los actores que venían de otros países. Esa era la impronta. Ahora dirijo festivales internacionales que tienen otra dinámica, pero entonces la idea era convivir esos diez días entre las compañías internacionales, las nacionales y las de Córdoba”, apuntó.

Referencia: AHPC, fondo Poder Ejecutivo, 1984. Originales, diapositivas a color.

La ciudad como escenario

Hay estudios sociológicos sobre el impacto que provocó aquel Primer Festival e importantes trabajos presentados a distintas universidades acerca de las implicancias de un acontecimiento que algunos creyeron limitado a la esfera de lo artístico, pero abarcó el campo más extendido de lo cultural.

La periodista María Rosa Grotti se encargó de retratar al público del festival. “El ‘aluvión ‘que inundó las salas estaba compuesto – nítidamente – por jóvenes de entre 15 y 25 años: estudiantes secundarios y universitarios que contagiaban un clima de informalidad y entusiasmo”.

Referencia: AHPC, fondo Poder Ejecutivo, 1984. Originales, diapositivas a color.

En la misma publicación recogió las impresiones de los que buscaban ubicación para ver las obras. “Casi todo lo que he visto ha sido en la calle porque no tenía plata para pagar tantas entradas. La mayoría de las propuestas me parecieron excelentes, pero lo mejor es el clima que le da a la ciudad el teatro callejero”, decía una estudiante de Filosofía.

Tal vez esa fue la clave del éxito. La ciudad fue un gran escenario y los cordobeses respondieron con fervor y sobre todo con la presencia que terminó de conformar un acontecimiento que hizo historia.

La memoria en fotos

Las fotografías que ilustran esta nota forman parte del acervo documental del Archivo Histórico (APHC) de la Provincia, que resguarda el patrimonio histórico cordobés en distintos soportes.

EL APHC aspira a organizar en un futuro cercano una muestra abierta al público con las fotos del festival.