«Bustos encabezó una gestión de gobierno de la que podemos estar orgullosos»

  • Se anticipó en tres décadas a la defensa de principios que serían incluidos en la Constitución de 1853.
  • Trajo a Córdoba la segunda imprenta e impulsó y defendió la libertad de expresión

“Juan Bautista Bustos encabeza durante nueve años una gobernación, sin dudas, virtuosa en la que no hay absolutamente nada vergonzante. Al contrario, en muchos aspectos y con variedad de actos, logró anticiparse a medidas trascendentes y esperadas por la población”.

El concepto es del historiador y político Esteban Dómina, un estudioso de la vida y obra de Bustos que examina distintos episodios que jalonaron su existencia y permiten verificar la firmeza de sus principios, su valor, así como la intención permanente de concretar la organización nacional.

Y enumera aspectos de la gestión del punillense absolutamente modernos para la época y de increíble vigencia. ”En primer lugar gobierna al amparo de la Constitución, porque sin dudas lo era el Reglamento de 1821 que además adelanta en tres décadas la Constitución que recién será aprobada en 1853”.

Dómina destaca que ese Reglamento que ordenaba la gobernación tenía formato republicano y derechos ciudadanos. Y además “trae a Córdoba la segunda imprenta que facilita la libertad de expresión y permite el funcionamiento de varios periódicos, mucho de los cuales eran francamente opositores”.

Pero hay más de un perfil interesante en Bustos desde la óptica del hombre que desde hace años estudia y evalúa no sólo su obra de gobierno, sino también la conducta que demostró antes de ponerse al frente de Córdoba .

Y uno de los capítulos principales ocurre en 1820 “Cuando el Directorio le pide al Ejercito del Norte que se involucre en el conflicto interno y Bustos se planta .Es el famoso motín o sublevación de Arequito que termina provocando la caída del Directorio”.

En opinión de Esteban Dómina “Bustos es un gran gobernador de Córdoba pero no logra su propósito que era convertir a esta provincia en el meridiano político del país” y en cada ocasión que tuvo “trata de organizar el espacio federal desde la racionalidad“, además de negarse sistemáticamente a usar las armas del Ejército para arreglar rencillas internas”.