Alarmas comunitarias: un dispositivo de seguridad al servicio de los barrios

  • Se trata de un dispositivo tecnológico para prevenir conductas delictivas y disuadir situaciones de violencia familiar o callejera.
  • Ayudan a los vecinos a crear estrategias de prevención barrial y fortalecen lazos de solidaridad y comunicación.
  • Desde el ministerio de Seguridad, se brinda asesoramiento para su correcto uso, a través de reuniones con la comunidad.

Las alarmas comunitarias constituyen un dispositivo tecnológico muy eficiente para prevenir conductas delictivas y disuadir hechos y situaciones de violencia familiar o callejera, dentro de su zona de cobertura. Permiten a los vecinos cuidarse mutuamente, y se complementan con el compromiso ciudadano y con las políticas estatales en materia de seguridad urbana.

Se trata de herramientas que ayudan a los vecinos a conformar estrategias de prevención comunitaria, además de fortalecer lazos de solidaridad y comunicación.

Resulta fundamental la confianza y la solidaridad vecinal para que puedan acordar la mejor forma de prevenir situaciones de riesgo. Los vecinos deben ser debidamente capacitados y fidelizar el uso del dispositivo a través de protocolos.  

En qué consiste

Cada instalación posee un panel de alarma que recibe las señales originadas por los pulsadores. Contiene una batería con autonomía de 48 horas para garantizar su funcionamiento en caso de cortes de luz.

Los vecinos que se encuentren integrados al sistema dentro de la zona de cobertura cuentan con un pulsador inalámbrico de la alarma, que pueden utilizar y activar ante alguna conducta objetivamente sospechosa o que presuponga peligro inminente de delito o acto de violencia.

La activación enciende un reflector LED y/o una sirena. Si se activa solo el reflector LED, se enciende una luz de alta potencia lumínica y bajo consumo eléctrico que permite puntualizar el panel activado, a los fines de generar otra acción disuasoria o de aviso visual.

El usuario también puede activar la sirena desde su pulsador, que genera una señal sonora audible y alerta, de manera inmediata, a los vecinos que viven o se encuentran en la zona.

En caso de delitos, sonidos de disparos, situaciones de violencia y emergencias civiles, se puede accionar la alarma a través del pulsador. Así, una alarma sonora y lumínica se accionará para alertar al sector de un barrio sobre la situación en curso. Si se activa por error, se sugiere la inmediata desactivación y el aviso mediante una red de contactos.

La participación comprometida y la comunicación vecinal son fundamentales para el éxito de este dispositivo. Una actitud responsable es la clave para la eficacia del sistema.

Roles y responsabilidades

En cuanto al cuidado del sistema de alarmas comunitarias, la empresa instaladora se encarga del mantenimiento correctivo y/o preventivo. Los gastos del servicio -de muy bajo costo- son asumidos por los usuarios.

Al sonar la alarma, el barrio debe actuar de acuerdo con un protocolo previamente acordado por los vecinos. La primera acción recomendada es llamar al 101.

Cada vez que se realiza la instalación de este tipo de sistemas tecnológicos, el ministerio de Seguridad provincial brinda asesoramiento. En una primera instancia, con reuniones para promover su correcto uso. Y esto se complementa, luego, con una serie de medidas de prevención que colaboran en mejorar la organización vecinal.

Es recomendable que la comunidad esté en comunicación permanente ante situaciones de riesgo o delictivas. Para eso, es importante que los vecinos se conozcan y establezcan una red de contactos. Según expertos en el tema, en las ciudades en las cuales la política de seguridad se construye y orienta sobre bases estratégicas con claro enfoque preventivo, el dispositivo de alarmas comunitarias –como herramienta de disuasión y prevención- es armónico e integrador. Esto es así porque su esencia y motivación principal se basa en la participación y en la unión vecinal.