La Policía Comunitaria confía en la organización vecinal

Los cordobeses que cualquier día de la semana se llegan hasta el parque Sarmiento para caminar, correr, andar en bicicleta o simplemente disfrutar  de uno de los paseos más tradicionales que tiene la ciudad, habrán tenido oportunidad de advertir la presencia de representantes de la Policía Comunitaria, una división de la fuerza que se ocupa de cultivar la relación con los vecinos para poder dar una respuesta rápida y efectiva a las demandas de la sociedad.

Se ha instalado un puesto permanente en la esquina del Paseo de las Sabinas, un punto estratégico por el que pasan familias enteras que se dirigen al Super Park o al Zoológico, esforzados deportistas que pelean contra el reloj en los distintos circuitos o gente con la fortuna de disponer de tiempo suficiente para  disfrutar el clima primaveral, la frondosa arboleda y la vista del lago.

Así, con un ritmo distinto al que vive el resto de la ciudad, en el parque los policías comunitarios aprovechan para dialogar con los caminantes sobre las necesidades de su barrio, al tiempo que entregan folletería con información sobre sistema de alarmas y teléfonos y direcciones útiles.

El puesto tiene solo lo básico; una mesa con mantel, una silla y una sombrilla, pero probablemente la diferencia la hacen el entorno y la disposición del hombre o la mujer que representa a la policía para interpelar a los que pasan por la zona con el propósito de hacerles conocer las bondades de organizarse comunitariamente.

La  razón de ser de la Policía Comunitaria es reforzar todas las conductas destinadas a prevenir el delito. Quienes le han fijado esos objetivos consideran que “es esencial el diálogo de las autoridades con los ciudadanos para poder determinar, de manera conjunta, las prioridades de cada zona con respecto a la lucha contra el delito y las diferentes maneras de encarar esta tarea”.

La folletería que publicita el sistema de alarmas comunitarias señala, por ejemplo, que “crea en el vecindario un verdadero clima de participación comunitaria, donde los vecinos se solidarizan, realizando su propia prevención y atendiendo además a la de su prójimo”.

En opinión de las autoridades la organización vecinal es un propósito elogiable que puede aportar soluciones que tal vez son más difíciles de obtener por la vía individual. «Es necesario que cada vecino esté activo en su comunidad y participe en las actividades de prevención vecinal, comprometiéndose con su propia seguridad y la de su entorno”, sostiene el escrito que se entrega a los peatones.

Avanza, inclusive, sobre las implicancias de organizarse y define, entre otros pasos, los de “buscar conjuntamente unir esfuerzos para mejorar sus condiciones de vida” (las de los vecinos), así como “trabajar acorde a las características y necesidades privativas de cada uno, proyectar un plan efectivo, trabajar por sectores y priorizar necesidades”.

Los impulsores de la alianza entre la Policía y la comunidad aseguran que el trabajo conjunto con un objetivo común  permite aumentar la eficacia con una sensible economía de recursos.

La cartilla que los vecinos reciben  incluye asimismo  la dirección de la Policía Comunitaria -Edificio Central, avenida Colón 1250, 2do piso, Teléfono 428 7289, y los teléfonos habilitados para denuncias anónimas (0810-888-3368) y por drogas (0800-888-3764).