Encabezados por su entrenadora habitual, Katya Villafañe, un puñado de chicos de barrio Ferrer acunaron sus sueños de futbolistas en el estadio Mario Alberto Kempes. Se trata de los niños que hasta hace días se reunían tres veces por semana en un campito, sin una mota de pasto y con los elementos justos, a las órdenes de una joven que a pesar de las dificultades nunca dudó de las virtudes del deporte para inculcar valores y del juego como vehículo de disfrute y entendimiento.
Los felices integrantes del equipo de fútbol de Ferrer no podían creer en la fortuna de practicar fútbol en un escenario mundialista.“Estoy muy, contenta, los veo disfrutar y me pongo bien por ellos. Cuando esto empezó me conformaba con conseguir un par de fútbol y conitos, pero terminó surgiendo todo esto que para ellos es muy importante», comentó Katya , la guía de un grupo cuya historia se conoció a través de los medios lo que posibilitó que recibieran pelotas, camisetas, medias y botines.
«Es la posibilidad de elegir un futuro mejor, que ellos tengan opciones en la vida. Que no crean que todo es imposible y que no pueden hacer nada porque son de determinada zona. Ahora ellos saben que puedan llegar adonde quieran. Estas cosas pueden cambiar la vida de estos chicos”, dijo la profesora Villafañe.
En el Kempes, recibieron elementos deportivos y la promesa de los anhelados arcos para la canchita del barrio. Después, llegó el momento de recorrer los vestuarios para terminar sacándose la esperada y tradicional foto en la cancha principal.
Se marcharon al atardecer después de una jornada que quedará eternamente en sus retinas. Habían concurrido al mayor escenario deportivo de Córdoba, invitados por la Agencia Córdoba Deportes y por el ministerio de Desarrollo Social. Como si fueran profesionales, cumplieron con el ritual de cambiarse y se alistaron a las órdenes de Oscar Dertycia y su equipo para un entrenamiento en la flamante cancha de fútbol sintético del estadio.