Un Kempes vestido de fiesta espera a Paul McCartney

A menos de 48 horas que los haces de luz crucen el campo del Mario Alberto Kempes para iluminar la figura de Paul McCartney, el hombre que desde hace siete años viene trabajando para traerlo a Córdoba observa los esqueletos de las torres de iluminación, recuenta los camiones y coordina un ejército de 1.600 personas que se afana por no dejar nada librado al azar. José Palazzo sonríe, satisfecho, y asegura que «el impacto turístico del concierto del domingo es impresionante».

Es que el demorado y ansiado arribo del ex Beatle tiene implicancias que exceden, largamente, el fenómeno artístico. Por caso, están agotadas las reservas en todos los hoteles y los vuelos de países limítrofes y de la capital del país van y vienen completos.

«Esta vez no fue a Chile, y en consecuencia tenemos mucho público trasandino y también de Brasil», señala el productor que ya no puede más con los nervios y las emociones. Los números son impresionantes, empezando por los 1.600 cordobeses que trajinan el estadio Kempes y sus adyacencias en tareas de seguridad, montaje, catering y descarga de camiones.

El espectacular escenario, que cada fin de semana abre sus puertas al fútbol, está cubierto ahora de estructuras metálicas para un concierto que será presenciado por algo más de 40 mil espectadores. Palazzo asegura que solo la producción sale unos 11 millones de pesos, a los que hay que agregar poco más de tres millones de dólares del cachet de sir Paul.

«Hace unos siete años que venimos batallando por traerlo a Córdoba. Estuvimos muy cerca hace dos años, pero a último momento decidió continuar la gira por Paraguay y Colombia, y nos quedamos con las manos vacías», memora Palazzo, quien en las últimas horas celebró sus 46 años de vida y que, entre otras cosas, se ha regalado la presencia tan anhelada de McCartney.

Por estas horas el Kempes semeja una especie de Babel, en la que se escuchan grupos dando órdenes en inglés, muchos trabajadores charlando en cordobés, varios inocultablemente porteños y, a las tribunas todavía vacías, llegan los sonidos apagados de martillos y taladros.

«El escenario es estupendo -acota Palazzo-. Y no lo decimos nosotros, sino los productores que vinieron con Madonna y con Iron Maiden. Ahora estamos dándole los toques finales al montaje del escenario, con la colocación de las pantallas de sonido e iluminación, y mañana llega el cubre campo».

El productor del Cosquín Rock y de los principales espectáculos internacionales que han pisado la provincia de Córdob, recuerda que Paul McCartney llegará este sábado y planea quedarse dos días en Córdoba. Las puertas del Estadio abrirán a las 16 y se espera que a las 19, en punto, el hombre de Liverpool inicie el concierto.

Hay previstas dos pruebas de sonido; mañana sábado será la primera, sin la presencia del autor de «Let it be». Hasta ahora todo marcha de acuerdo a las previsiones y se espera que el Kempes luzca sus mejores galas para que el público pueda disfrutar de esa leyenda viviente que, sin dudas, es Mc Cartney.

El marco

«Los cordobeses tenemos que estar orgullosos por tener un Estadio tan hermoso como el Kempes, donde podemos recibir recitales internacionales como éste», dice el presidente de la Agencia Córdoba Deportes, Oscar Dertycia. Y explica que «todo ha sido cuidado al cien por cien, para que el escenario esté fuera del campo de juego, con excepción del sonido y las luces.

«Vamos a cuidar el campo de juego para tenerlo de la mejor manera la semana que viene, cuando jueguen Talleres y Belgrano», cierra Dertycia.