Nebbia: “El rock tiene que ver con nuestra idiosincrasia”

A Litto Nebbia no le gusta la expresión ‘rock nacional’. “Esta fue una palabra que surgió peyorativamente, era un poco como cuando te preguntan si tu vaquero es nacional o extranjero. No me gusta, por eso siempre he bregado porque se le diga rock argentino”, explica.

Esa historia comenzó hace medio siglo, cuando Los Gatos Salvajes -la banda debut de Nebbia- sacaron el primer disco rockero en español. Hasta ese momento el rock era sinónimo de canciones en inglés, aún en estas tierras, a más de 13 mil kilómetros de Liverpool,  epicentro de la beatlemanía.

El 27 de junio de 1965 vio la luz ese disco del grupo que lideraba Nebbia, con temas propios y algunos covers de músicos extranjeros. Como apuntó alguna vez el uruguayo Miguel Ángel Dente, autor de libros sobre Spinetta, Charly  García, Cerati, Fito Páez, y ahora Nebbia, esta placa marcó el nacimiento del rock en castellano.

Para celebrar sus 50 años de música y rock, Nebbia armó un octeto con el cual grabó dos álbumes dobles y está a punto de terminar otro disco, que en total suman 130 temas de Los Gatos, Los Gatos Salvajes y de su etapa solista. El rosarino está presentando el trabajo con una maratón de 30 conciertos en todo el país. Ayer hizo escala en Córdoba y esta noche tocará en la Sala de las Américas del Pabellón Argentina.

¿Cómo seleccionaste los temas para los discos y los conciertos?

Cuando tomás música de distinto tiempo y armás otro grupo para tocarla siempre hay una química distinta, eso es lo lindo que tiene la música. En mi caso, no quería hacer un arreglo que modifique la versión original. La mayoría de las canciones tiene su buena armonía, su linda línea melódica, está bien respetarla. Pero lo hacés con un andamio distinto, porque tocás con otra gente y se dan otras cuestiones.

¿Te rodeaste de músicos que hace años te acompañan y de otros más jóvenes?

Armé un octeto para grabar y tocar en vivo. Están Daniel Omer en  guitarras; Daniel Colombres, batería; Leopoldo Deheza, que toca teclados y flautas; un bajista joven, Gustavo Giannini, y otros tres jóvenes de la agrupación los Reyes del Falsete, que cantan, hacen coros y percusión, y algunas guitarras acústicas; y yo, cantando, tocando piano y guitarra.

Con todas esas voces fui armando la música. Sabía que 10 canciones, que son las más populares, tenían que estar. Habló de «Solo se trata de vivir», «Para Jhon», «La Balsa» o «Viento dile a la lluvia», entre otras.

Con los temas menos conocidos, dije ‘voy a tratar de elegirlos de una manera que me sea natural’; así que me levantaba a la mañana y me ponía a tocar el piano y de pronto me salía un tema que era del año 68’ y modulaba, hacía un pasaje, una viñeta musical, para ir a otro lado y aparecía un tema que era del 80’. Traté de encontrar una cosa que no sea rígida, ni tampoco que los temas parezcan enganchados. Por eso (este trabajo) tiene como subtítulo música de todos los tiempos.

¿Le diste una vuelta de rosca a nivel de la composición?

Las canciones tienen una línea melódica muy fuerte. A algunas les cambié la rítmica, pero no traté de hacer un arreglo que las modifique. Estas canciones creo que son ricas cómo las hice. Algunas canciones, si no conocés las cosas mías, parece que las hice la semana pasada.

Volvamos a 1965, a la época fundacional del rock. ¿Cómo fue la decisión de cantar en español?

Fue totalmente natural. Tenía un cuadernito donde escribía unas cosas que ni pensaba que podían ser canciones, escribía lo que se me ocurría. Y un día dije ‘si junto esto, una cosa con la otra, es una canción; y ahí me envalentoné y empecé hacer canciones. Cuando fuimos a grabar, como en nuestra generación no se cantaba en español, muchísima gente nos preguntaba ‘cómo se te ocurrió’. Yo decía ‘ustedes no me pueden preguntar esto cuando tenemos una tradición del tango con unos letristas y músicos que te morís; esto ahora es normal, pero en ese momento llamó mucho la tensión y muchísima gente me preguntaba lo mismo que me preguntas ahora. Fue una decisión totalmente natural.

¿Cómo protagonista de ese momento, qué significó la aparición del rock?

A mí me parece que ha hecho cosas positivas. Primero, es el único género creativo que tiene que ver con nuestra idiosincrasia, que ha aparecido sumándose a los dos que ya teníamos de raíz original, que son el tango y el folclor en un país de tanta migración y de tanta diversidad regional como el nuestro. Ese aporte me parece importante.

Por otro lado, desde que comenzó esta movida se hizo normal que los jóvenes se dediquen a la música y escriban sus sentimientos, escriban lo que les pasa. Es un gran aporte porque a la larga es lo que hecho que el género tenga un reconocimiento internacional. Hay rock hispanoparlante en todos los lugares donde se habla castellano, pero el lugar en donde está reconocido como más personal es en nuestro país.

El país cambió, vos cambiaste, pero tus temas siguen sonando. ¿La música es eterna?

Hay un rasgo del arte -en la música, el cine, la literatura- que perdura a través del tiempo. Está muy relacionado con el lugar sentimental en el que quedan (las obras) a lo largo de las generaciones. De pronto hay canciones que fueron muy populares, pero han sido lo que se llama un éxito comercial, un hit, un golazo. Hay otras canciones que se recuerdan  porque nacen de un sentimiento popular, del sentimiento del público y de un compositor que recogió eso. Esas canciones, creo, están fuera de la moda, más allá de los ranking, y todo ese tipo de cuestiones que arrastra esta profesión.