Inauguración del “Palacio del Cine”

La apertura del Real Cine-Theatre, el 30 de junio de 1927, tuvo ribetes de acontecimiento social. Los diarios de aquel entonces, El País, La Voz del Interior y Los Principios no ahorraron elogios al ponderar el nuevo escenario. El biógrafo, como se le llamaban a los espacios para la exhibición de película de cine, estaba a la altura de los tiempos, tenía otra categoría. La sala podía recibir a 1.500 personas «cómodamente instaladas», según detalla El País. Las 500 sillas de la platea estaban forradas en cuero y las sillas de los palcos estaban cubiertas con terciopelo. Construcción sencilla pero elegante, los cortinados de felpa combinaban armónicamente con las pinturas de las paredes laterales. El lugar tenía una moderna calefacción, que seguramente fue estrena aquel día de otoño del año 27, y contaba con un sistema para reducir daños ante un eventual incendio.

Todo era asombro y satisfacción. El cine había desplazado al teatro en la consideración general y las compañías teatrales y líricas sufrían el avance de esta otra poderosa forma de entretenimiento. “Los palcos y las plateas de los grandes teatros se ven casi desiertos aún con la actuación de renombrados artistas”, afirma el Álbum de la Provincia de Córdoba, publicado en 1927. La extensión del “biógrafo” redujo ostensiblemente la recaudación en los espectáculos teatrales, “y los precios fabulosos que antes se pagaban han sido reducidos a lo racional”.

“El impulso que ha tenido en la provincia de Córdoba el Cinematógrafo se debe a la empresa particular del señor Bartolomé Angeloni. La empresa cuenta con los lujosos cines Plaza, Newbery,  Belgrano en funcionamiento y el Real Cine, próximamente a inaugurarse en Córdoba, a más de dos amplios y confortables salones en Río Cuarto y Bell Ville”, repasa el Álbum que editan Alfredo Escobar Uribe y Gontán Ellauri Obligado.

Ese año coincidieron la reapertura del Teatro Rivera Indarte luego de obras de conservación. También la restauración y ampliación de edificio del Colegio Nacional de Monserrat. En tanto, en 1927 la Fábrica Militar de Aviones, plataforma de la Córdoba industrial, comenzó a forjar su destino de grandeza con la fabricación del primer avión fabricado en Argentina, el Avro Gosport.

La gran pantalla

Las localidades para asistir a la inauguración de la sala se agotaron un día antes. Los elementos más distinguidos del mundo social estuvieron presentes en la premiere. “Una calificada concurrencia llenaba de bote a bote la lujosa sala”, sintetiza el diario El País en referencia al flamante “palacio cinematográfico”.

La primera función fue con el estreno de las películas El rey de Jauja, Stella Dallas o Madre y Mártir. Las películas eran mudas, por lo que una orquesta formada por 30 músicos acompañó la acción. La orquesta estuvo conducida por un director de apellido Grandi. Hay que tener en cuenta que por aquel entonces aún no existía la Orquesta Sinfónica de Córdoba, organismo fundado en 1932, por lo que aquella treintena de músico tocando en vivo la banda musical de las películas debió haber causado una gran impresión en el auditorio. Gracias a la conservación de la memoria diaria en las hemerotecas, hoy es posible conocer el detalle del programa que la orquesta ejecutó aquella vez para acompañar los filmes: obertura de la ópera Guillermo Tell, de Gioachino Rossini; el segundo movimiento, Andante, de la Quinta Sinfonía de Ludwig van Beethoven; Córdoba, de Isaac Albéniz; el Intermezzo de la ópera Cavallería Rusticana, de Pietro Mascagni; la Danza Eslava, de Antonín Dvorak; y La mañana, de Edvard Grieg.

La sala inauguró un jueves, y la función de apertura fue repetida para satisfacer la curiosidad de la gran de público que no pudo acceder el día antes. Para el sábado “la empresa”, como le dicen entonces a la administración y usufructo del entretenimiento, ofrecía funciones a las 17.30. Es más, el domingo iniciaba las “fiestas dominicales de los niños a la usanza norteamericana”. De esa manera, a empresa Angeloni  ponía en funcionamiento las secciones infantiles. A propósito de este segmento, hay una nota curiosa en el diario El País que anuncia a los padres: “Se exhibirán películas sujetas a censura previa, procurando siempre las notas cómicas o moralizadoras”.​