“En Hortensia aprendí cuándo se debe dejar en paz un dibujo”

“Los otros dibujos de Peiró” es el título de la exposición de originales en carbonilla y grafito que el ilustrador publicó en el suplemento dominical «Temas» de La Voz del Interior. La inauguración es mañana miércoles, a las 19, en el Paseo del Buen Pastor (Hipólito Yrigoyen 325) y estará abierta al público hasta el 29 del corriente, de 10 a 22.

Peiró, dio sus primeros trazos en la revista Hortensia, participó también en las revistas Fierro y Humor; y desde 1985 sus dibujos ilustran el centenario matutino cordobés. Fue dos veces ganador del premio ADEPA a la ilustración, y del premio Excellence, otorgado por el Yomiuri Shinbun, importante periódico de Tokyo. Los entusiastas de las etiquetas lo definen como un humorista gráfico, ilustrador e historietista, pero él sencillamente dirá: “Soy humorista, antes de dibujante”.

Para Peiró la muestra es un “trabajazo” uno tiene que desempolvar, «revisar hasta elegir lo más representativo», dice, y agrega que “lo que se va a exhibir a partir de mañana es un popurrí de muchos años de trabajo, que van desde lo absurdo hasta lo bien serio.

El paso por la revista Hortensia, además de procurarle un sueldo, le enseñó a ser profesional idóneo. “Alberto Cognini nos enseñaba, era un amigo colaborador y sino eras amigo, no estabas en la revista”, asegura el humorista. En la revista, dice que aprendió a podar y mochar y que sobretodo comprendió cuando es el momento de  «dejar un dibujo en paz”

El artista reconoce que los temas que más lo inspiran son los históricos y señala ejemplos como la guerra de la independencia, las películas de guerra, el cine negro policial, el hampa de Chicago o el expresionismo alemán.

Peiró no es de esos dibujantes que expresan el humor sólo cuando agarran el lápiz; ante cada pregunta, la respuesta es tan sincera como sarcástica, manifiesta que ahora se encuentra en la etapa de remedios para la hipertensión y la gastritis; “estoy en esa etapa de la vida”, dice y agrega: “Hay un montón de motivos para reírse y para llorar aún más, el trabajo de un humorista es convertir las lágrimas en un llanto, es señalar modestamente lo que está mal o lo que está bien, mostrar lo que es hipócrita o lo que es falso”.

Para el humorista las cosas van evolucionando y dice que uno no puede apelar a los mismos parámetros que antes pero lo que no cambia, asegura, es lo esencial y es sostener “el absurdo y la sorpresa”.

La invitación para visitar la muestra es mañana miércoles a las 19 en la galería del Paseo Buen Pastor. La entrada es libre y gratuita y se podrá visitar hasta el 29 de junio.