El Caraffa se prepara para la segunda muestra del año

El jueves se concretará la segunda inauguración de la temporada 2015 del museo Emilio Caraffa, con una muestra de los artistas Luis Altieri, Adriana Lestido, José Benito y María Luque, quienes mostrarán trabajos realizados a lo largo de sus carreras, algunos son una retrospectiva, otros más actuales. Se trata de  historias contadas a través de diferentes formatos y miradas.

La fotógrafa Adriana Lestido tituló a su obra “Lo que se ve”, y explica que son historias de amor y desamor, de separaciones y rupturas. Presentará una retrospectiva que reúne una selección de sus series fotográficas más importantes (Mujeres presas, Madres e hijas, Madres adolescentes, Villa Gesell, El amor, Hospital Infanto-juvenil), en las que viene trabajando hace años. Expone en las salas 1, 2 y 3.

De origen mendocino, pero cordobés por trabajo y residencia, José Benito va a presentar “Todo es otra cosa” en la sala 5, el espacio más grande del museo. Su obra se encuadra dentro del prolífico mundo del arte contemporáneo, no obstante no puede ser encasillada en un estilo o movimiento, las reglas de juego obedecen a la configuración estética de un mundo propio. En este sentido, cada uno de sus trabajos no encuentra el límite en una forma final, sino en la insistencia de una creación continua. En la actualidad vive y trabaja en la Ciudad de Córdoba.

Luis Altieri ocupa las salas 6 y 7 con pintura y collage. Para él no hay una supremacía del color sobre la forma ni al revés. El artista vino de Buenos Aires a exponer en el Caraffa por primera vez. Colores en pintura y acrílico, logran una naturalidad en su expresión que trasciende la obra y reflejan una mirada sensible y espontánea.

María Luque presenta sus historias mínimas «Ayer en el museo», en las Salas 8 y 9. El formato pequeño lo eligió por conveniencia. “Me gusta viajar mucho y siempre pienso cómo hacer para que mis trabajos entren en una valija”, sus relatos son más bien trágicos algunos – como la serie “Catástrofes en el Museo”-, se cuelan sin inconvenientes a través de la rendija del micromundo. En esa realidad de escalas diminutas cualquier acción nos compromete con lo inesperado. Las versiones lógicas de los escenarios de Luque no atienden la continuidad de una temporalidad específica sino, más bien, a su posible desvío.