Con los sueños de gloria intactos, el futbolista ciego Lucas Rodríguez entrena sin descanso en el Centro de Alto Rendimiento Deportivo (CARD) del estadio Mario Alberto Kempes, dispuesto a asumir en condiciones óptimas los múltiples compromisos que esperan a la selección argentina y que desembocarán en el Mundial que se disputará en noviembre.
Dueño indiscutido de la camiseta 8 de Los Murciélagos, el cordobés cree, por sobre todas las cosas, en las bondades de la preparación constante y meticulosa. «En este nivel -apunta-es imprescindible acompañar las cualidades innatas con un entrenamiento físico inmejorable. El deporte de alta competencia así lo exige”.
En Tokio, del 12 al 25 de noviembre, Lucas disputará su sexta cita mundial, un hecho casi sin precedentes para un deportista de nuestra provincia. Desde su primer mundial juvenil, en 2003, jugado en Grecia, en donde fue considerado el mejor deportista juvenil del mundo en su disciplina, Rodríguez jugó casi ininterrumpidamente en el seleccionado.
“Con mis 32 años y la mitad de ellos en el seleccionado nacional, la preparación física es fundamental para rendir al máximo nivel y seguir perteneciendo al equipo, por eso estoy feliz de poder entrenar en el Kempes”, señala el volante que los lunes, miércoles y viernes transita con idéntica convicción la cancha o el gimnasio norte.
Lo hace junto a junto a su entrenadora personal, Mercedes Clavería, del Área de Deporte Adaptado de la Agencia Córdoba Deportes, y tiene previsto para los primeros días de agosto concentrarse en el Cenard para una serie de partidos que Los Murciélagos disputarán con su similar de Paraguay.
La selección argentina de fútbol sala para ciegos tiene una agenda cargada de compromisos. Del 20 al 24 de agosto disputará un triangular en Brasil, frente al local y México. Posteriormente se trasladará a París, Francia, donde se desarrollará el premundial.
Junto a Silvio Velo, Lucas Figueroa, Iván Figueroa y Darío Lencina, Lucas integra la guardia vieja de Los Murciélagos y juntos pretenden seguir haciendo historia, además de sacarse la espina de los Juegos Olímpicos Londres 2012 en donde finalizaron en la cuarta posición, pese a no haber perdido ningún partido.
Lucas se prepara para defender con uñas y dientes su mayor ambición deportiva, estar en Río en el 2016. «Serán mis cuartos Juegos Olímpicos y, por supuesto, quiero subirme al podio”, manifestó.
“Soy el único cordobés de Los Murciélagos, y eso además de un orgullo me llena de responsabilidad en cuánto a marcar un camino para los jugadores que seguramente me sucederán. Hay ocho deportistas co-provincianos que podrían integrar al seleccionado», señala Lucas, quién pondera las condiciones técnicas de los aspirantes a integrar el seleccionado y reitera que al talento hay que ayudarlo con el entrenamiento.