Poner habilidades propias al servicio de los demás

Las aulas de taller del Ipet 337 Jorge Alberto Sábato, no sólo son recintos en los que se desarrollan los conocimientos técnicos necesarios de los alumnos, sino también lugares ideales para forjar los valores que los destacarán en el transitar de su vida.

Es que luego de que el Ministerio de Educación de la Provincia implementara en 2012 el Programa Deporte Educativo, escuelas primarias, secundarias y especiales de gestión estatal, comenzaron a encontrar nuevas posibilidades de acción y de vinculación. Alumnos asistentes a escuelas especiales, por ejemplo, tienen la posibilidad de practicar disciplinas como natación, tenis, atletismo, bochas adaptadas, karate y navegación a vela.

Esta iniciativa, única en su tipo en todo el país, tuvo como objetivo primordial motivar y potenciar la iniciación deportiva escolar en disciplinas federadas, poniendo principal atención en la diversidad y la igualdad de oportunidades de sectores vulnerables. Así se generaron espacios para la práctica de deportes y la formación de hábitos sociales, culturales y deportivos en la escuela, a fin de fortalecer la infancia y la juventud.

Unir historias desde el trabajo

En una reunión propuesta por la Dirección General de Educación Técnica y Formación Profesional de la cartera educativa, y de la que también fue parte la Agencia para el Desarrollo Económico de la Ciudad de Córdoba (Adec), las escuelas priorizadas -aquellas que en el resurgimiento de las escuelas técnicas demandaban mayor inversión por no estar equipadas completamente-, tomaron conocimiento de los distintos elementos que podían realizarse para facilitar la práctica de deportes del Programa.

Los proyectos presentados inicialmente consistían en la realización de cinco combos de elementos: parantes de voley, tableros de basquet, arcos de handball, canaletas para bochas adaptadas para personas con discapacidad y accesorios de atletismo como vallas para pasaje, tacos de partida para carreras y escaleras.

“Se presentaron propuestas para hacer insumos, y una consistía en hacer las canaletas que usarían chicos con discapacidades. Me gustó, me anoté, se lo comenté al profesor Edgar y se entusiasmó con la propuesta. A partir de allí se elaboró el diseño que fue fundamental para hacer todo. Empezamos a trabajar, con unos requisitos estrictos con informes de avance de obra, y a medida que íbamos avanzando nos entregaban los fondos hasta que se hizo la entrega de las canaletas”, expresó Noemí Reneé Cáceres, directora del Ipet 337.

Manos a la obra

El profesor Edgard Benakovich fue quien se puso al hombro la organización de estas realizaciones: “Expusimos cuál era el proyecto a los chicos. Algunos alumnos conocían cómo era la actividad que los alumnos especiales desempeñaban. Diseñamos un pequeño bosquejo de lo que había que hacer y distribuímos tareas: dibujar y cortar la madera, cortar caños, planchuelas. Ordenamos los tiempos y las tareas con los alumnos”, apuntó el docente.

De la actividad de realización fueron parte los dos cursos más avanzados en el nivel secundario, sumando un total de 25 alumnos. “El proyecto nos pidió 11 canaletas, pero se hizo una más por cualquier eventualidad. Esa la obsequiamos a una institución que hizo grandes aportes de datos que íbamos necesitando sobre la marcha, para hacer ajustes: por ejemplo que había que tener en cuenta que no sólo eran para desarrollar el juego, sino también para trasladarlas, por lo que tenían que ser cómodas”.

El trabajo demandó menos del tiempo que se había previsto para la realización, y los alumnos mostraron un importante compromiso con las tareas: “Queríamos hacerlas lo más rápido posible para que las pudieran usar”, expresó Noelia, una de las jóvenes que intervino en el trabajo. A su vez, todos los participantes recalcaron lo importante que fue para ellos trabajar unidos con un mismo objetivo.

La motivación

“Nosotros estamos en una zona muy vulnerable, donde los chicos sienten que están en una posición muy desfavorable con respecto al resto de los jóvenes de la sociedad. Entonces me gustó la idea de hacer esto porque era la oportunidad de mostrarles que, a pesar de que sus condiciones económicas no son las mejores, tienen un gran potencial porque están sanos física y psíquicamente, con todas las posibilidades. En definitiva, porque todo depende de ellos”, señaló con gran tino la directora del Ipet.

“Saber que estas canaletas iban a hacer feliz a estos chicos, y que gracias a eso iban a poder jugar a lo que les gustaba, fue muy motivante. Fue muy lindo el trabajo en equipo además”, destacó Mayra, una de las alumnas que trabajó en el armado.

“Lo importante de esto era hacer algo de utilidad, con un fin, y hacerlo de las medidas necesarias para que sirvieran. Además hacerlo para estos chicos que necesitan los elementos para desarrollar esta actividad. Cuando uno los ve con el entusiasmo con el que juegan, le dan ganas de hacer cien canaletas más”, detalló el profesor a cargo.

El encuentro

Posteriormente a la realización de las canaletas, se hicieron dos eventos en donde se produjo la entrega de los elementos, y a los que asistieron los chicos de la Jorge Alberto Sábato. Allí, los alumnos de la escuela técnica conocieron a los destinatarios de las escuelas especiales, y fueron parte del juego de bochas adaptadas, con las reglas pertinentes. “Uno a veces se cree que todo es fácil, pero cuando uno debe atenerse a las reglas, se complica un poco”, expresó Benakovich.

Emilse, una de las estudiantes de la institutución educativa de barrio Los Boulevares Anexo, recalcó: “En el momento en que las íbamos haciendo a las canaletas no sabíamos bien de qué se trataba, pero cuando fuimos al encuentro fue hermoso, porque nosotros les llevamos el material, pero ellos compartían con nosotros sus juegos. Fue muy lindo”.

“Verlos cómo jugaban, era algo nuevo para nosotros. Compartir con ellos fue muy emocionante. Nos encantaría seguir haciendo trabajos para ayudar a chicos, quieras o no, te hacen bien a vos también”, indicó Cristian, otro de los alumnos de la escuela técnica, mientras que su compañera Mariana resumió: “Me encantó ver cómo se divertían, y cómo gracias a las canaletas que hicimos nosotros, ellos podían jugar”.

La directora del establecimiento, celebró que gracias a ese encuentro “los chicos tomaron conciencia de todo lo que ellos tienen, en lugar de estar pensando o lamentándose por lo que no tienen. Tomaron consciencia, jugaron con los chicos, y fue muy positivo para los alumnos y para toda la escuela”.

Apropiación y continuidad

Más allá de que el proyecto fue exitoso y muy enriquecedor para todos los participantes, la idea de darle continuidad es algo que tomó relevancia. “A veces para las instituciones especiales no es muy fácil encontrar quiénes construyan estos elementos especiales, entonces ésta es una linda manera de colaborar”, indicó el profesor Benakovich.

Por su parte, alumnos como Micaela también dieron su punto de vista: “Yo marcaba las maderas porque estaba embarazada y no podía hacer fuerza, pero fue re lindo participar de esto. Me gustaría que se sigan haciendo cosas así para poder participar más la próxima”.

“Fue un trabajo de apropiación de la propuesta surgida desde la Provincia, y queremos continuar. Estamos en contacto con la Inspectora de Educación Física de la Modalidad Especial de la Provincia Sonia Catinot, quien fue representante, compañera y guía en el desarrollo de esta propuesta, para ver qué otras cosas podemos construir”, expresó la directora demostrando el mismo compromiso que se aprecia en los chicos, y aclaró que los alumnos del Ipet han sido invitados a seguir participando de los eventos que organizan las escuelas especiales, por lo que el vínculo no tiene más rumbo que crecer.