Las alarmas comunitarias en la prevención del delito

Las alarmas comunitarias son un medio eficaz para la prevención del delito cuyo funcionamiento requiere de dos actores principales: el vecino con su participación solidaria y la Policía con su respuesta efectiva.

La titular de la dirección de Coordinación Comunitaria de la Policía provincial, comisario mayor Stella Maris Farías, lo define así: “Se trata de una herramienta más que tiene el ciudadano para generar entre sus pares un clima de organización responsable y compromiso solidario con el fin de la prevención. Es un servicio altamente disuasivo a la hora de estar frente a un posible hecho delictivo”.

La cartelería que acompaña la instalación, dispuesta en lugares visibles, señala que determinada zona está protegida por el dispositivo, lo que crea en el delincuente la sensación de que los vecinos del sector están organizados. En la ciudad de Córdoba ya hay más de 2.300 usuarios distribuidos en 127 barrios.

En la actualidad se comercializan dos tipos de sistemas.

El tradicional, que se utiliza hace años, está integrado por una sirena, un pulsador o llave de dos puntos y una fuente de alimentación que se conecta al sistema eléctrico de cada vivienda. Para activarlo sólo hay que presionar el interruptor.

El restante es un mecanismo inalámbrico cuya bocina de gran alcance es ubicada en un punto estratégico de la cuadra o vecindario a proteger. En este caso, cada morador podrá accionar la alarma mediante un control remoto.

Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta es que el usuario sólo empleará el sistema cuando la situación lo requiera. Una vez accionado, tendrá que llamar de inmediato al 101 para pedir la asistencia de la Policía. La señal sonora es disuasiva por sí misma, pero se enfatiza la importancia del compromiso y la solidaridad entre los vecinos.

“La policía no comercializa alarmas: sólo capacita e instruye a los usuarios sobre cómo debe ser empleado el dispositivo”, aclara Farías.

El costo del sistema tradicional ronda los 80 pesos, mientras que el del equipo inalámbrico va desde los 180 pesos en adelante, de acuerdo a la tecnología del producto. Cabe destacar que ambos mecanismos no tienen gastos de mantenimiento. La compra de las alarmas, como se dijo, corre por cuenta de los vecinos.