De ahora en más se utilizará exclusivamente sal de bajo contenido en sodio en los establecimientos asistenciales dependientes del ministerio de Salud, así como en los kioscos, cantinas, bares o cualquier otro local gastronómico que funcione en su jurisdicción.
La resolución, publicada hoy en el Boletín Oficial de la Provincia, se adoptó tras considerar detalles estadísticos sobre afecciones que se originan en la ingesta abusiva de sal. En los considerandos se precisa que “la hipertensión arterial es la causa individual más importante de enfermedad cardiovascular en todo el mundo, la responsable del 62% de los accidentes cerebros vasculares y del 49% de los casos de cardiopatía isquémica”.
Recuerda asimismo que la estrategia sobre régimen alimentario, actividad física y salud adoptada por la 57 ° Asamblea Mundial de la Salud “reconoció la alta carga que impone la creciente prevalencia de enfermedades crónicas en muchos sistemas de salud e hizo hincapié en la elevada incidencia en enfermedad cardiovascular y sus factores de riesgo, en particular la hipertensión arterial”.
Respecto de la realidad provincial en referencia al empleo de sal, la cartera de Salud puntualizó que según la II Encuesta Nacional de Factores de Riesgo se estima que el consumo de sal por persona en Argentina es de 12 gramos por persona y en Córdoba “el índice de presión elevada es del 36%”.
La meta internacional recomendada es llegar a menos de 5 gramos por día y por persona, circunstancia que obliga a la adopción de medidas para bajar cuanto antes un consumo que, a todas luces, aparece como abusivo.
Por esas razones se acordó ordenar el uso obligatorio de sal de bajo contenido en sodio en todos los establecimientos dependientes del ministerio de Salud , tanto para los alimentos procesados como dispensados.
Por la misma resolución se dispuso invitar a las estructuras de gobierno, universidades, cámaras empresariales y entidades no gubernamentales a realizar un trabajo coordinado que promueva en la población “conductas tendientes a reducir o evitar prácticas o hábitos que constituyan factores de riesgo para la salud”.