La depresión es el desorden mental más frecuente del mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 300 millones de personas viven con manifestaciones depresivas, y se ha evidenciado un incremento del 18 por ciento entre 2005 y 2015. Por eso, este año, el Día Mundial de la Salud -que tiene lugar cada 7 de abril- pretende sensibilizar a la población, para que cada vez más personas con depresión accedan a la atención que necesitan.
“Hay una brecha entre las personas que tienen depresión, las que solicitan ayuda y las que llegan a recibir un tratamiento adecuado. Una de las barreras para buscar tratamiento es el estigma social asociado a los trastornos mentales”, afirmó Emilio Filipponi, secretario de Salud Mental del ministerio de Salud de la Provincia.
Además, es fundamental incrementar la cantidad de profesionales capacitados para abordar esta situación de salud en los servicios de atención primaria. “Es necesario aclarar que no toda depresión requiere de tratamiento con medicamentos. Hay casos leves y moderados que pueden abordarse con apoyo social y familiar y con otras intervenciones, que pueden ser realizadas por médicos del primer nivel de atención o por organizaciones de la comunidad”, explicó Filipponi.
Por eso, desde hace varios años, la Provincia sensibiliza y capacita a los equipos de salud provinciales y municipales y distribuye protocolos y lineamientos sanitarios, para que médicos generalistas o clínicos puedan constituirse en una primera instancia de diagnóstico, atención y resolución de depresiones.
Mayor inversión, mayor acceso
En toda América Latina, hay una necesidad de mayor inversión: en promedio, solo el 3 por ciento de los presupuestos de salud de los países se destinan a Salud Mental. En Córdoba, este tema ha sido abordado por las autoridades y actualmente ese porcentaje alcanza el 10 por ciento.
Parte de ese presupuesto se viene asignando en porcentajes progresivamente mayores a sistemas alternativos de tratamiento, es decir, fuera de los hospitales psiquiátricos de tercer nivel. En ese sentido, el corredor sanitario de Punilla, con el Hospital de Santa María como cabecera, se constituye como un modelo a seguir, ya que se ha logrado sostener tres residencias protegidas (asistidas por personal las 24 horas), una casa de medio camino, 62 casas autogestionadas, un hospital de día para el tratamiento de las adicciones y un taller de rehabilitación sociolaboral.
“Es importante saber que avanzar hacia el pleno cumplimiento de la Ley Nacional de Salud Mental es responsabilidad de todos los niveles del Estado. Por eso, también se sensibilizó a municipios y comunas para que progresivamente dispongan de dispositivos de atención de la salud mental en el primer nivel, para facilitar el acceso”, señaló el funcionario.
Cabe agregar que además de los 25 serivicios de salud mental que se cuentan en los hospitales provinciales generales, trabajan en todo el territorio provincial unos 20 equipos de atención comunitaria, compuestos por psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales y enfermeros.
Otra meta que tiene que ver con facilitar el acceso y avanzar con el cumplimiento de la ley nacional es lograr que una mayor cantidad de las internaciones por trastornos mentales se concreten en hospitales generales y no en hospitales psiquiátricos, en línea con el cambio de paradigma en la atención de la salud mental.
Al respecto, Filipponi apuntó: “En 2016 se realizaron 2000 internaciones de salud mental en hospitales generales de la provincia. Hace diez años, esa cifra era casi de cero. Esperamos incluso un porcentaje un 30 por ciento mayor para este año, por las mejoras en la organización de los servicios”. Esas internaciones correspondieron, en un 70 por ciento de los casos, a depresiones graves.
Depresión: Hablemos
La depresión es un desorden mental frecuente, que se caracteriza por la presencia persistente de tristeza, pérdida de interés en actividades que usualmente se disfrutan e incapacidad para llevar adelante las actividades diarias. La depresión se puede prevenir y también se puede tratar efectivamente.
“La depresión no es un signo de debilidad y puede afectar a cualquier persona, sin importar la edad, la raza o la historia personal”, señaló María Pía Guidetti, directora general de Gestión Asistencial de la Secretaría de Salud Mental. No obstante, la especialista precisó que la depresión sí es más frecuente entre las mujeres. De dos a cuatro de cada diez mujeres sufren de depresión durante el embarazo o el pos-parto en países en desarrollo.
Además de ser una de las principales causas de discapacidad o incapacidad, la depresión puede llevar al suicidio. Según la OMS, casi un millón de personas se quitan la vida cada año en el mundo. En Argentina, el suicidio está entre las primeras cinco causas de mortalidad entre los 15 y los 44 años.
Comenzar a hablar del tema, deconstruir el estigma, sensibilizar a las personas para que conozcan de qué se trata este cuadro y cómo ayudar son algunos de los objetivos de este Día Mundial de la Salud y de la campaña “Depresión: Hablemos”, que está difundiendo la OMS.
“Hablar con la familia, con personas de confianza o con su médico de cabecera puede ser el primer paso para encontrar la atención necesaria”, finalizó Guidetti.