Cuidado con los accidentes que comprometen los ojos

Con frecuencia se registran en distintos ámbitos accidentes que comprometen los ojos de quienes los sufren. Puede tratarse de golpes que deriven en simples hematomas, pero también situaciones más graves, como la perforación del globo ocular y el desprendimiento de la retina. La situación se grava en estas fechas festivas con el uso de pirotecnia.

Pero además, en gran cantidad de oportunidades son personas que se dedican, ya sea ocasionalmente o para ganarse la vida, a tareas de jardinería o de construcción, o bien gente que al momento de sufrir estas contingencias realizaban tareas como desmalezados o trabajos relacionados con albañilería.

Desde luego, la clave está en la prevención. La mayoría de estos accidentes se evitarían con medidas tan sencillas y obvias como el uso de antiparras y protectores, de precio accesible y muy fáciles de conseguir en los negocios de artículos de construcción. Se debe utilizar siempre estos accesorios en trabajos que supongan contacto con polvo, partículas de concreto y metal, escombros, vidrios, humo, gases nocivos, sustancias químicas o exposición al sol y rayos ultravioleta.

Estos implementos protegen la visión de todo elemento físico o químico y brindan un buen contraste para poder tener una visión superior con la calidad del acrílico. Algunos cuentan incluso con una lámina protectora interna que hace que las lentes no se empañen.

El doctor Víctor Reviglio, jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Córdoba, comenta que sólo en ese nosocomio de la capital provincial se registran por semana unos dos casos de pacientes con lesiones oculares producto de accidentes en situación de trabajo. Dicho servicio cuenta con profesionales preparados para dar soluciones y una valoración profesional desde el punto de vista médico y legal.

“Durante esta Navidad receptamos un caso de estallido de globo ocular y dos perforaciones de globo, producto de accidentes con pirotecnia. Esos artículos deben ser manipulados siempre por adultos y con extrema precaución”, advierte Reviglio.

Lesiones habituales

«Pacientes con traumatismos perforantes suelen llegar a la ceguera legal en la mayoría de los casos, que es cuando el ojo queda con una mala visión, apenas una fila de agudeza visual o menor y la persona ya no puede desempeñarse en el trabajo, o directamente llega a la pérdida de la visión”, explica el profesional.

Golpes de hacha al momento de cortar leña, bordeadoras que impulsan piedras o partículas, cortes con serrucho que desprenden virutas y otros, producen lesiones perforantes del globo ocular.

“Al tratarse de elementos vegetales, pueden estar contaminados por hongos, sumando infecciones a la lesión perforante”, puntualiza Reviglio.

En la construcción, también producen heridas de esta clase materiales como clavos, cables que se cortan, virutas resultantes del trabajo con amoladoras, entre otros. Suele ocurrir, además, que el ojo entre en contacto con cal o algún otro álcali como cemento, pintura, solventes o lavandina, que generan lesiones.

«Los álcalis siguen actuando en la superficie ocular aún después de haber lavado la zona por una o dos horas, llevando a que esa lesión por quemadura termine en la pérdida de la visión útil del paciente, con posteriores trasplantes de córnea que no suelen ser exitosos, porque el daño ocasionado ya es demasiado significativo”, finaliza el doctor.