Un encuentro para transformar el dolor en conciencia y esperanza

Hay un punto común de acuerdo entre los seres humanos: no existe pérdida peor, más profunda y lacerante que la de asistir a la muerte de un hijo. Por inesperada, por antinatural. Esto algo con lo que cualquier persona puede estar de acuerdo, más allá de ideologías y pertenencias. Del mismo modo, y para aquellos que no hemos pasado por la experiencia de una desgracia parecida, tal vez no exista una forma más aproximada e intensa de acercarnos a un drama de esa clase que la de oír esas experiencias nada menos que de boca de las madres que padecieron esos dolores.

Con su agenda de vértigo, la lógica de la circulación mediática convierte durante algún tiempo a ciertas historias familiares en “casos”, colocándolas bajo los flashes, en el centro de la exposición. Esto ocurre al menos hasta que la opinión pública se concentra en otros nuevos hechos, debido tanto a la necesidad de producir información como a la propia dinámica de los acontecimientos.

Lo cierto es que, la mayoría de las veces, ese mismo carácter provisorio y desechable de la noticia impide la debida reflexión, detenernos en su justa medida sobre cada una de estas historias para conocer más acerca de las vivencias asociadas a esos dramas y prestar atención a nuevas aristas que de otro modo, probablemente, nos servirían para poder aprender de ellas y estar atentos.

Con el fin de capacitar al personal de la fuerza policial de Córdoba, el Ministerio de Gobierno de la Provincia desarrolló hoy la primera Jornada de Concientización y Sensibilización Ciudadana. Mediante esta actividad se puso en relación a oficiales, efectivos y aspirantes de la fuerza con las madres de tres víctimas de femicidios emblemáticos en la Argentina de los últimos años: María Elena Aduriz, mamá de Ángeles Rawson; Carola Labrador, madre de Candela Rodríguez y Verónica Camargo, mamá de Chiara Páez.

El encuentro partió de la idea de facilitar a efectivos y aspirantes una comprensión básica de la naturaleza y el alcance de la violencia que sufrieron sus hijas, así como de la dinámica del abuso y los factores de riesgo. La jornada fue organizada por el Ministerio de Gobierno de Córdoba a través de la Secretaría de Seguridad,  Policía de Córdoba y Asociación Civil Vínculos en Red.

Al cabo de sus exposiciones, estas madres fueron recibidas por el ministro de Gobierno y el secretario de Seguridad, Diego Hak, en el Centro Cívico del Bicentenario.

Verónica Camargo: “Tenemos que comprometernos para ver cómo podemos ayudarnos”

Verónica es la mamá de Chiara, la nena de 14 años asesinada por su novio en mayo de 2015 en la localidad de Rufino, provincia de Santa Fe. Chiara estaba embarazada al momento de ocurrido el femicidio.

Camargo, quien hoy trabaja en una parroquia, se mostró “agradecida por la invitación a esta charla. Fue un encuentro maravilloso, por el respeto con que escucharon nuestro testimonio y también por las preguntas. Por ejemplo, cuando algunas chicas me preguntaron qué esperaba yo como mamá qué hicieran ellas como policías».

  • «Yo esa noche estaba tranquila en mi casa, esperando a mi hija, pensando que estaba cenando en la casa de una familia. Tenemos que ocuparnos como papás y ser responsables. Es como yo digo siempre: si me traen una nena que no la dejan salir, yo no puedo dejarla salir a las 12 de la noche, más allá de lo que el chico diga, porque es obvio: son adolescentes».
  • «Tenemos que ayudarnos entre los papás porque hoy se está viviendo de una manera difícil, los chicos viven la agresividad como una cuestión normal y no está bien. Hay que comprometerse para ver cómo podemos ayudarnos, y poner nuestro granito de arena».
  • «Creo que es fundamental que sigamos concientizando y educando para tener una Policía diferente, que se comprometa con el otro, que no vea a la víctima como un caso o un número, sino como a personas. Las víctimas tienen familia».
  • Esta función que está cumpliendo el Gobierno de involucrarse está buena, pero tiene que tener continuidad. No que hoy todo sea muy bonito y después quede en el olvido. Hay que ir trabajando, paso a paso y no sólo con los cadetes, sino con todos. Empezar desde la familia, en los colegios. Tenemos que comprometernos todos y no pensar que siempre le va a pasar lo malo al otro y no a uno».

María Jimena Aduriz: “Creo que me llevo más de lo que di”

El nombre de María Jimena Aduriz cobró dimensión pública en 2013 por ser la mamá de Ángeles Rawson, la chica de 16 años asesinada por Jorge Mangeri, portero del edificio donde vivía con su familia en el barrio de Palermo de la ciudad de Buenos Aires. Mangeri fue condenado a cadena perpetua por ser considerado autor material del crimen.

Aduriz consideró que “poder concientizar y sensibilizar desde nuestro dolor nos hace darle un sentido y una resignificación a todo lo que sufrimos. Poder llegar a tocar el corazón de estos jóvenes que eligieron el servicio a la comunidad, que además serán quienes estén en contacto con las futuras víctimas y encargados de prevenirlas, mostrarles el lado humano de estos dramas…Fue una experiencia en donde me llevo más de lo que di”.

  • «Todos debemos participar. Los padres, las fuerzas de seguridad, los abogados, que deben velar por los derechos de las víctimas.  Los niños y niñas, que no deben incurrir en noviazgos violentos, que deben respetar a la mujer”.
  • “Hice una propuesta de seguir trabajando con estos agentes y aspirantes, porque ahora son muy jóvenes, pero cuando se topen con la realidad que es muy dura, van a necesitar una gran contención”.
  • “Agradezco por esta oportunidad. Esto sana, repara y nos vamos con la sensación que la muerte de nuestras hijas no fue en vano, ya que hay posibilidades de que las cosas cambien”.

Carola Labrador: “Si nuestro mensaje le llegó a alguien, ya es un logro”

Carola Labrador expresó ante el auditorio que es preciso que la Policía entienda que “cuando una mamá va a hacer una denuncia, la deben escuchar”. Ella es la mamá de Candela, niña secuestrada y asesinada en 2011 cerca de su casa en Hurlingham, provincia de Buenos Aires. Hoy Carola entiende que “es muy bueno concientizar a las nuevas generaciones de policías para formarlas en estas ideas».

  • “Es la primera vez que doy testimonio antes tantos chicos, y quiero que ellos no sean como los policías que me tocaron a mí. Que ellos sepan que en mi caso hubo mucha corrupción  policial, que mi hija podría haber estado viva si la hubiesen rescatado, ya que estuvo nueve días secuestrada”.
  • “Si empezamos a concientizar y a humanizar más a la Policía, vamos a volver al policía de antes, al amigo policía, no al corrupto que te saca plata. Deben entender que debemos confiar en la Policía”.
  • “Si a alguien le llegó nuestro mensaje, ya es un logro. Queremos transformar todo este dolor en esperanza”.