Garantizar la alfabetización inicial es el desafío

En junio de 2012 fue aprobada por el Consejo Federal de Educación (CFE) la resolución 174 “Pautas federales para el mejoramiento de la enseñanza y el aprendizaje y las trayectorias escolares, en el nivel inicial, nivel primario y modalidades, y su regulación”.

Así, en el marco del fortalecimiento de las políticas de enseñanza, en especial la alfabetización inicial, las distintas jurisdicciones educativas del concierto de provincias que conforman el CFE estableció que primero y segundo grado de la escuela primaria se considere como una unidad pedagógica “reformulando los regímenes de promoción a los efectos que rijan a partir del segundo año/grado”.

Estas modificaciones normativas –reza la resolución- se podrán implementar de manera gradual a partir del año 2013, hasta alcanzar en el año 2016 a todas las escuelas de nivel primario del país.

Esta iniciativa, que se puso en marcha en 250 escuelas primarias de la provincia (200 estatales y 50 de gestión privada) viene a fortalecer el proceso de alfabetización inicial, con el objetivo de que todos los niños/as puedan adquirir las herramientas de la cultura escrita, poner en tensión la manera en que se entiende el fracaso escolar y las huellas que éste deja en la subjetividad de los niños así como el rol de los docentes.

El trabajo conjunto entre directores, maestros y supervisores acompañados por este Ministerio, ha puesto en evidencia que sin importar el sector al que se pertenece –estatal o privado- o la población a la que se atienda –más o menos protegida-, las problemáticas son comunes y el desafío es garantizar la alfabetización inicial en el área de Lengua, Matemática y Ciencias para todos nuestros niños /as.

Hay una fuerte apuesta a revalorizar el papel del maestro, el poder transformador de la escuela y la capacidad para lograr que todos aprendan.

Durante años, frente al problema de niños que no aprendían, el sistema educativo apeló a la repitencia: se creía que exponer al niño una vez más a la misma situación de aprendizaje permitiría que adquiera la alfabetización.

Hoy sabemos que la repetición de grado no coincide con el supuesto objetivo de remediar aprendizajes no logrados y que por otro lado esta situación invisibiliza la necesidad de abordar con herramientas didácticas y pedagógicas adecuadas a un grupo de chicos con diferentes capitales culturales y tiempos de aprendizaje.

Esto, supone replantear los acuerdos institucionales, los modos de enseñar, la organización del tiempo didáctico y los modos de evaluación. Es decir, diseñar desarrollos pedagógicos didácticos capaces de ofrecer respuesta a niños y niñas, con desiguales puntos de partida, dispares ritmos y modos de aprendizaje.

Córdoba se encuentra en las mejores condiciones para afrontar este nuevo desafío, ya que las medidas contempladas por la unidad pedagógica se vinculan estrechamente con las políticas públicas desarrolladas por la Provincia para fomentar la inclusión y la calidad educativas.

Políticas que se expresan en el Programa Fortalecimiento de la Lengua, Matemáticas y Ciencias para el primer ciclo, así como el fuerte impulso otorgado a nivel inicial que ha implicado la obligatoriedad de la sala de cuatro años, la universalización de la sala de tres años en contextos vulnerables y el nuevo diseño curricular del nivel.

En las jornadas de trabajo denominadas «La unidad pedagógica: procesos, aprendizajes y resultados de la intervención docente», destinadas a directores, supervisores y subinspectores de escuelas de gestión estatal y privada que están implementando la unidad pedagógica, que se desarrollaron el 24 y 25 de julio pasado en Huerta Grande, se pusieron en evidencia los avances que todas y cada una de las escuelas participantes de la experiencia van llevando a cabo y los nuevos interrogantes que se plantean en pos de mejorar los aprendizajes de todos nuestros niños/as.