Música: la banda del “complejo Esperanza” es más que un espacio de buenos hábitos

  • Son jóvenes alojados en el Espacio Socioeducativo “Complejo Esperanza” quienes integran el grupo musical.
  • Algunos nunca antes habían tenido una experiencia musical y hoy la ven como una oportunidad para salir adelante.
  • La banda es el resultado de un espacio terapéutico que SeNAF ha dispuesto para jóvenes que han tenido una relación de mayor dependencia con el consumo de sustancias.

El Ministerio de Justicia a través de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia, (SeNAF) cuenta con un dispositivo para jóvenes alojadas en el Espacio Socioeducativo “Complejo Esperanza” que tienen una relación de dependencia con el consumo de sustancias adictivas.

El equipo de trabajo en esta temática cuenta con un programa “Tomando decisiones” que contempla varias instancias: la primera es para todos los jóvenes y consiste en charlas y reuniones donde se trabaja la prevención, la segunda etapa, es en donde los profesionales advierten que se necesita un trabajo más sostenido y enfocado, allí se les realiza el acompañamiento con un enfoque psico-educativo y luego están los talleres que contribuyen y refuerzan el cambio de hábitos.

En ese marco se encuentra el taller musical que dirige el profesor y psicólogo, Milton Maimone, quien a través de la música les acerca una nueva manera de ocupar el tiempo, otra forma de vincularse y un descubrimiento personal e individual que más de una vez, se sorprenden ellos mismos de los cambios logrados.

Los instrumentos que ejecutan son de percusión, el cajón peruano y bongó. Se reúnen dos veces a la semana, una clase es grupal y la otra es individual para el alumno que precise reforzar alguna cuestión.

Para la mayoría de los jóvenes fue la primera vez que tuvieron la oportunidad de vincularse con la música, pero para todos es un lugar de encuentro, de desarrollo y crecimiento.

Lautaro dice que está contento porque le cambió la rutina. “me ayuda mucho, ahora pienso otras cosas”. En cambio, Marco sí conocía el bongó, (su hermano tiene un bongó), pero nunca se animó a tocarlo. Creía que él no iba a poder. “En este taller aprendí y ahora me muero de ganas de mostrarle a mi hermano que sé tocar como él o más que él”, sostiene entre risas.

La banda interviene en ocasiones especiales, el pasado 6 de abril, en el homenaje que le hicieron Carlos Enrique Dattoli, interpretaron dos temas, un cuarteto de la Mona Gimenez y una cumbia.

Luciano toca la armónica y reconoce que al principio le costaba pero que en el taller pudo aprender. “Está bueno saber que alguien te apoya”.

El coordinador del espacio terapéutico, Darío Ceballos, dice que en los talleres participan cerca de 40 jóvenes y que los resultados son “asombrosos”.