Con cuarteto y ritmos latinos despidieron el año en Bouwer

Para despedir el año, el “Turco” Oliva, cantante de Cachumba, y Vivi Pozzebón le pusieron baile a la mañana en la cárcel de Bouwer. Dos salones fueron preparados para recibir a los músicos. El ritmo latía diferente en cada espacio. En un módulo, el de las mujeres, arrancó Vivi con “Tamboreras”, un grupo de mujeres que tocan y enseñan con sus tambores al público todos los ritmos latinos. Y en el de hombres, fue escenario compartido, mitad show “el turco” Cachumba y mitad Vivi Pozzebón.

La actividad se enmarcó en el programa «Cultura en las cárceles» que desarrolla el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos en los establecimientos penitenciarios de la provincia con los fines de garantizar el derecho que tienen los internos a expresarse creativamente y a su vez, a ser destinatarios de aquellas actividades y producciones que propongan experiencias profundas, favorecedoras de los procesos de transformación interior de los sujetos. Esta actividad es el inicio de una serie de shows que se van a brindar en el periodo de verano.

Cachumba hizo de telonero con las mujeres y les cantó un par de canciones que ellas conocían y bailaron acompañándolo. Fue un encuentro de baile, de canciones y de esperanza. El cantante, entre canción y canción les lanzaba frases alentadoras. Las jóvenes y no tanto se transformaron en fans en poco tiempo. Pero llegó el momento del pase y Cachumba con maestría se lo concedió a Vivi Pozzebón y su grupo de “tamboreras”.

Se vió impactante, en el escenario, las “Tamboreras” se expresaron frente a ese público integrado por chicas y grandes, mujeres, que cada una con su pesar, se entregó, primero con los pies y luego con cuerpo entero a cada ritmo que le proponían.

Con el correr de los minutos, las diferencias entre público y música, era difusa. Se sintieron las palmas de las manos que acompañaron, mujeres que bailaron y otras que miraron con sorpresa lo que sucedió en ese espacio copado de ritmo, de voces y de música.

Así en ese escenario, se despidió Vivi Pozzebón de las mujeres que en el transcurso de una hora recorrieron distintas geografías musicales.

Mientras tanto, en el módulo de hombres, en el MD1, donde se encuentran alojados alrededor de mil internos, el “Turco” Oliva con sus músicos se preparaban para dar su show. Entró con remera y zapatillas rojas y su andar liviano, el público se levantó y lo clamó. Arrancó arriba con sus temas conocidos por todos. “Mi barrio es una Villa”, un tema que lo reivindica, dice: “Me cansé que ningunearan en Buenos Aires al cuarteto, todo tenemos al villero adentro”

A Cachumba le gusta componer historias de vida que dejen un mensaje. Al finalizar les dijo a sus fans, que en ese momento eran todos los que lo escuchaban- que sabía que muchos de los que estaban ahí – encerrados- habían estado en sus bailes, y que él los esperaba de nuevo en el baile. En ese momento el público estalló en aplausos.

Antes de irse, el Turco, presentó a su amiga Vivi Pozzebón, que de a poco comenzó a contagiar a los internos su fuerza y entusiasmo. En el cierre, algunos de ellos se acercaron a preguntarles cuestiones técnicas sobre los instrumentos. Eran alumnos del taller de percusión. Vivi les dijo que esperaba que escucharan su música. Se despidió con un cuarteto que hizo en homenaje a este ritmo cordobés.