Complejo Esperanza: “La participación los hace corresponsables”

La primera Mesa de Participación Juvenil en el Complejo Esperanza, se creó hace más de un año en el Módulo Horizonte, y algunos meses menos, comenzó a funcionar en el Nuevo Sol, donde debido al tamaño y cantidad de jóvenes que aloja, necesitó la representación como estrategia de participación. Las Mesas involucran a los adolescentes privados de su libertad y a los técnicos y agentes de todas las áreas que trabajan en los Centros Socioeducativos. De acuerdo a la temática a tocar, referentes específicos del área salud, educación, capacitación, psicólogos, etc. escuchan y hablan con los jóvenes.

Antonio Franco, subsecretario de Niñez, Adolescencia y Familia, sostiene que “es clave la participación de niños y adolescentes para que un proyecto sea realmente socioeducativo”. “La participación los hace corresponsables socialmente”, afirma el funcionario que propuso la creación de Mesas con jóvenes hace un año y medio, porque observó que en la construcción del proyecto institucional, faltaba la otra pata, la voz de los chicos protagonistas de la propuesta.

Ayer, como cada quince días, más de 20 chicos que representan los diferentes sectores del Módulo Nuevo Sol, están sentados en ronda para presentar junto a las socioeducadoras todas las inquietudes vinculadas a una temática que les genera interés,y hacer oír sus observaciones a referentes de equipos técnicos, operadores del Módulo, a los guardias y a la misma autoridad del Complejo, Antonio Franco, que participa activamente de estos encuentros.

Esta tarde el motivo fue entender mejor cómo es y funciona el trabajo de los equipos técnicos en su situación procesal, psicólogas y trabajadoras sociales,  y comunicar ciertas insatisfacciones sobre la frecuencia de las entrevistas. Traen preguntas que fueron trabajadas entre todos en los sectores, y sugerencias concretas que también representan la voz de los que no están en la Mesa: “que no nos den información hasta que no sea certera”, “que los trabajadores sociales ayuden si la familia necesita algo”, “cuando ingresemos que nos vean rápido”, “que nos oigan” dicen los chicos entre otros pedidos.

Ángel hace un año y cinco meses que está alojado en el Complejo; está desde antes que se abriera la Mesa en el Nuevo Sol y puede ver una diferencia. “No hay muchos problemas porque nos juntamos a hablar, han mejorado las cosas de la comida, está todo mejor», cuenta.

Como espacio de participación, es una oportunidad al diálogo,  y la construcción entre todos promueve soluciones a las problemáticas que se plantean.  Describe Ángel, “vimos que podíamos ganar cosas llevándonos bien entre nosotros y pidiéndoles a los directores lo que nos hacían falta y ellos podían hablar y pedirnos, también”.

La apropiación del espacio, ya es una certeza. “Fueron cosas que hemos ido ganando” se posiciona Ángel. “Logramos que nos den cosas de higiene, un cepillo a cada uno, una maquinita de afeitar, lo mismo con la comida, con el menú; ganamos una banda con esto dela Mesa de la Participación”, re afirma.

Los temas que son tratados en cada encuentro varían. “A veces son sugerencias de nosotros, o sugerencias de ellos, de cosas que ellos ven y por ahí nosotros no nos damos cuenta”, explica Ángel.

“Creo que es un paso adelante que no tiene vuelta atrás” opina Franco.  Y señala que la premisa del éxito educativo de la experiencia, es su sostenimiento en el tiempo: “el adulto debe tener constancia y darle continuidad, porque como en todo hay épocas y etapas con más o menos eco”.