El día que volvió a sonar la campana en La Capilla de Tegua

Luego de nueve meses de un minucioso trabajo de restauración, ayer reabrió sus puertas La Capilla de Tegua, un templo construido en 1696 que atesora parte de la historia del sur provincial.

Cientos de peregrinos llegados de distintas partes de la provincia, vecinos del lugar y gauchos a caballo acompañaron la rehabilitación del edificio localizado en zona rural, entre Alcira Gigena y Elena.

Julio Oviedo, vecino del lugar, se convirtió en uno de los defensores más activos de este legado cultural y arquitectónico. Unido afectivamente al templo desde chico, pugnó durante años por su puesta en valor.

Ahora, Oviedo no oculta su satisfacción. “Siento una alegría inmensa, nunca perdí la esperanza de ver restaurado el templo. Hasta la campana va volver a sonar”, dijo.

El vecino guardó durante años los libros de misa y los candelabros para preservarlos del deterioro generalizado que amenazó la integridad del edificio. Estos objetos, “hoy vuelven a cobrar vida y en octubre, cuando se haga la procesión y misa será más hermoso ese momento por el logro de todos”, agregó.

Los trabajos debieron superar varias dificultades. “Nos encontramos con un edificio histórico altamente deteriorado”, acotó Alicia Beltramino, responsable de la restauración del interior.

“Fue un proyecto bastante ambicioso, complejo y completo, en el que se abordaron todos los elementos constitutivos de este gran monumento, ya sea la imaginería, el mobiliario, la arquitectura y la parquización, para verlo como está ahora”, agregó Beltramino.

Héctor Demarco, un ingeniero civil a cargo de la puesta en valor de la fachada, puntualizó que “fue una tarea enorme”.

“Se lograron -continuó- restaurar casi todos los ambientes, para tener hoy un lugar habitable, con cocina y baños públicos”. También se pudo recupera los atributos originales del retablo de la capilla.

Así, con un trabajo que demandó el esfuerzo de gobiernos, vecinos y profesionales, La Capilla de Tegua vuelve a ser un punto de Fe y un lugar de encuentro en el sur cordobés. Una nueva atracción turística por su arquitectura y la rica historia que contiene su interior. Para fieles, creyentes y curiosos, la autovía de la ruta 36 tiene una parada obligada, entre Elena y Alcira Gigenaun desvío, un descanso en el camino para que los más de tres siglos de vida de Tegua nos renueven el espíritu y acompañen a llegar a destino.