Veinte años de la Región Centro: integrarse es crecer

Por Carlos Alesandri, secretario de Integración Regional y Relaciones Internacionales de Córdoba.

Cuando el 15 de agosto de 1998, las provincias de Córdoba y Santa Fe firmaron el Tratado de Integración Regional se iniciaba un camino que empezaba a superar miradas y antiguas rivalidades. Comenzaba a pensarse a esta parte del país con objetivos e intereses comunes, más importantes que cualquier diferencia circunstancial. Ocho meses después se incorporó la provincia de Entre Ríos al Tratado. Así, la Región Centro quedó firmemente asentada en las raíces federales que, desde los inicios de nuestra Patria, enarbolan las tres provincias. En medio del centralismo que dominó buena parte de la historia argentina, este bloque se planta con una visión integradora, buscando consolidarse institucional, social, cultural y económicamente.

La Región Centro sigue vigente por el compromiso asumido por los gobiernos de las tres provincias que entienden que el mundo se vuelca hacia la integración. Es una experiencia que está en constante movimiento, adaptándose a circunstancias cambiantes y reformulando sus políticas permanentemente. En los 20 años de la Región Centro se sucedieron numerosos eventos locales, nacionales e internacionales que obligaron a repensar estrategias y acciones. En estas dos décadas, hubo 5 gobiernos nacionales con diferentes visiones del país. Plantear los objetivos regionales ante cada nueva administración implica tiempos que postergan concreciones. A pesar de la firme decisión de la Región de llevar adelante obras fundamentales para su desarrollo sostenible, esas circunstancias retrasan cualquier impulso que siguen siendo metas centrales para la integración.

Pero la firme decisión de reforzar el espacio común es el motor por el cual se ejecutan políticas que no implican la participación de otros estados. Son decisiones internas que tienen impacto directo sobre los pueblos y las estructuras productivas de la Región. Los Juegos Deportivos, la creación de una comisión de género para la lucha contra la violencia familiar, la armonización tributaria y de las cadenas de valor en las actividades cárnica y láctea, la concreción de un carnet regional de manipulación de alimentos y la búsqueda de nuevos mercados para la producción de la Región son, entre otros, hechos concretos que en los últimos años fueron fortaleciendo la integración.

La Región Centro es, además, el ámbito de reunión de la sociedad civil a través de foros permanentes de profesionales, trabajadores, universidades y empresarios en los cuales se debaten las problemáticas comunes y se buscan salidas conjuntas. De esta manera, se regionalizan las decisiones no sólo de los estados sino, también, la de los principales actores sociales, cumpliendo la premisa de integración que predomina hoy en el mundo.

Los últimos tiempos muestran una profundización del proceso de integración producto de la decisión de los gobernadores de fortalecer el espacio común. Y con la energía que implica ser una de las zonas de mayor productividad del país y de ser el eje del corredor bioceánico que conecta al Mercosur con los puertos chilenos de mejor acceso al Asia – Pacífico. Llevar adelante este proyecto de vinculación es de vital importancia para Latinoamérica. Es un debate difícil porque significa modificar la estructura histórica de la Argentina en donde el puerto de Buenos Aires se ha impuesto siempre. Pero es una discusión que tenemos la obligación de enfrentar para adaptar las condiciones del país a la nueva realidad mundial. De allí la decisión de trabajar en el Corredor Vial Ferroviario Central que permita construir condiciones competitivas para las exportaciones de nuestra producción regional.

Este, como tantos otros proyectos que implican mejores condiciones de competitividad para los sectores productivos, optimización de herramientas sociales y económicas y refuerzo de los lazos culturales, son imposibles de llevar adelante con una mirada centralista y egoísta. El mundo muestra que las relaciones transfronterizas deben afianzarse y perfeccionarse para enfrentar en mejores condiciones los desafíos que se presentan. Tener una mirada regional e integrarse con otros estados se impone como una política estratégica. Desde hace 20 años las provincias de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos transitan ese camino con una clara premisa: integrarse es crecer.