Se cumplen 100 años de la muerte del «cura gaucho»

La misa que se celebrará este domingo a las 10 el obispo de la Diócesis de Cruz del Eje, Santiago Olivera, y el inicio de la obra de la Casa del Peregrino el pasado sábado 18, son los actos centrales de la Semana Brocheriana que se lleva a cabo para conmemorar el centenario del ahora beato José Gabriel Brochero.

Las actividades, que comenzaron el 17 y se extenderán hasta el 26 de este mes, incluyen actos religiosos (procesiones y misas), un espectáculo homenaje a Doña Jovita, los Cantores de Traslasierra presentando “Canto Brocheriano” y otras actividades.

El sábado pasado se realizó la jornada comunitaria Manos a la obra, para dar inicio a la construcción de la Casa del Peregrino, el recinto que en un futuro recibirá a los visitantes que llegan la villa para homenajear al Cura Brochero, quien fue beatificado en setiembre pasado en un multitudinario acto que reunió a más de 150 mil fieles.

Peregrino eterno. José Gabriel Brochero nació en marzo de 1840 en Santa Rosa de Río Primero, pero desarrolló el grueso de su obra social y religiosa en Villa Cura Brochero, llamada entonces Villa del Tránsito.

Brochero fue beatificado ya que una junta integrada por prestigiosos médicos declaró como milagrosa la recuperación de un niño que estaba al borde de la muerte y cuya sanación se atribuyó a la intercesión del presbítero.

Después de colaborar en el socorro de los enfermos y moribundos de la epidemia de cólera que azotó a la ciudad de Córdoba en 1867, Brochero se hizo cargo del curato de San Alberto, actualmente conocido como el valle de Traslasierra, instalado en la localidad de Villa del Tránsito.

En ese lugar edificó la “Casa de Ejercicios Espirituales de Traslasierra”, por la que pasaron 70 mil fieles, y emprendió la organización de los vecinos de la zona para construir el Camino de las Altas Cumbres, que unió Villa de Tránsito con la ciudad de Córdoba, con un recorrido de 200 kilómetros, cruzado por imponentes y bellos puentes de piedra. De esa forma, una vastísima región de la provincia, con una acentuada identidad cultural, pudo emerger del abandono y el aislamiento.

Su labor englobó la asistencia social y la construcción de escuelas y caminos. También edificó las iglesias de San Pedro, Villa de Tránsito, San Vicente, Las Rosas, Ciénaga de Allende, Nono y Panaholma. Infinidad de veces cruzó, a lomo de mula y con su tradicional poncho, el escabroso camino de las Altas Cumbres. Los pobladores lo apodaron “el cura gaucho” y ese fue precisamente el nombre del film que dirigió Lucas Demare en 1941, con Enrique Muiño en el papel de Brochero.

Murió a los 73 años, enfermo de lepra, en su Villa del Tránsito, después de asegurar, en el lenguaje popular que utilizaba siempre, “ahora tengo ya los aparejos listos pa’l viaje”. Fue sepultado en la capilla de la Casa de Ejercicios, donde una inscripción en la losa, blanca y simple, señala: “Perseverans atque victor (Perseverante y victorioso). Apóstol de la religión y del trabajo, de la unión y de la paz”.