Salud informa las tasas actualizadas de mortalidad materna

  • La cartera sanitaria da a conocer la tasa de mortalidad materna para 2018 y para el primer semestre de 2019.
  • En números absolutos, entre el año 2017 y 2018, la cantidad de muertes aumentó en un caso.
  • Las capacitaciones a profesionales y otras estrategias sanitarias colaboran en mantener el índice estable.

El ministerio de Salud informa las estadísticas de mortalidad materna para el año 2018 y los datos preliminares para el primer semestre de 2019. En 2018 se registró un leve ascenso respecto al año 2017, mientras que el 2019 muestra mejoras.

La tasa de mortalidad materna refleja las muertes de mujeres embarazadas o dentro de los 42 días siguientes a la terminación del embarazo, en relación a la cantidad de nacidos vivos, en un período de un año.

Según la Dirección de Estadística e Información de Salud (DEIS) de la cartera sanitaria nacional, la tasa de mortalidad materna para la provincia de Córdoba para el año 2018 presenta un incremento de 0,5 puntos respecto a la de 2017. En 2018 fue de 3,4, mientras que en 2017 fue de 2,9. Si consideramos las muertes que técnicamente ocurrieron en el territorio provincial, la tasa da 3,2, ya que una mujer falleció en la provincia de Mendoza.  

En números absolutos, la cantidad de muertes aumentó en un solo caso: fueron 17 en 2018, y 16 en 2017. Cabe destacar que en 2018 nacieron 1.284 niños y niñas menos que en 2017, hecho que se atribuye a la implementación de distintas estrategias para disminuir embarazos no intencionales, entre las que se incluyen consejerías, entrega de métodos anticonceptivos y oferta de métodos de anticoncepción quirúrgica (ligaduras tubarias y vasectomías).

Según la dirección de Estadísticas del ministerio de Salud de la Provincia, la tasa de mortalidad materna se ha mantenido relativamente estable en los últimos cinco años: 3,2 en 2014; 2,7 en 2015; 2,7 en 2016; 2,9 en 2017 y 3,2 en 2018.

En cuanto al detalle de las cifras de 2018, 10 de las 17 muertes se debieron a causas obstétricas directas, es decir, las que resultan de complicaciones en el embarazo, parto o puerperio. En este sentido, hubo cinco muertes por sepsis y cinco por hemorragia. El detalle de las causas indirectas, esto es, aquellas que resultan de enfermedades existentes desde antes del embarazo o enfermedades que evolucionaron durante el mismo fue: ruptura de aneurisma de arteria renal, accidente cerebro vascular pos-cesárea, shock transfusional, SIDA, gripe A (H1N1) y crisis asmática.

El 64 por ciento de las muertes ocurrieron en el interior de la provincia y el restante 36 por ciento, en ciudad Capital.

En cuanto a la edad de las mujeres fallecidas, el 47 por ciento (ocho casos) correspondieron a la franja de 20 a 29 años; tres casos de 30 a 39 años, tres casos de mujeres menores de 20 años y un caso de más de 40 años.

Si bien en 2018 se registró un aumento de la tasa de mortalidad materna, las cifras provisorias del primer semestre de 2019 aportadas por la dirección de Estadística del ministerio de Salud, indican una marcada mejoría: se registraron 4 casos frente a 10 casos en el mismo período de 2018. Esto da un resultado provisional de 1,5 en el primer semestre de 2019, a diferencia del 3,8 en el mismo periodo de 2018. Es decir, una disminución superior al 50 por ciento respecto del año anterior.

Esta mejoría puede atribuirse a la profundización de distintas acciones que se vienen desarrollando, así como a la implementación de nuevas estrategias. Algunas de ellas son: la capacitación continua a profesionales del primer nivel de atención para la captación precoz de mujeres embarazadas y la realización de controles adecuados; la regionalización perinatal -que implica organizar la atención perinatal en distintos niveles de complejidad de acuerdo al riesgo del embarazo-; acreditación de maternidades según el nivel de complejidad; el ciclo de capacitaciones sobre manejo de la hemorragia pos parto “Código Rojo”, desarrolladas desde el año 2018 hasta la actualidad en hospitales de capital y del interior provincial; y la realización de análisis “causa raíz” de cada muerte materna, para generar los cambios necesarios en el sistema y evitar posibles nuevos casos.