Los jóvenes y la revolución, ¡sinónimo de rock!

Algo está pasando nuevamente en las plazas y en las calles, en el barrio, en las aulas,  en las redes sociales.

Adolescentes y un poco más grandes también, están volviendo a la preocupación por lo social. Los pibes hablan de política y discuten de derechos. El compromiso por lo colectivo vuelve a tener sentido. Los jóvenes están entusiasmados, se involucran, participan; hoy se vuelve a hablar de militancia en los partidos y organizaciones sociales.

Pareciera que a veces olvidamos el rol que los jóvenes han tenido en la historia. Fueron jóvenes llenos de inquietudes, movilizados por el sueño de construir una patria grande, quienes impulsaron la Revolución de Mayo: Moreno, Castelli, Belgrano y tantos más. Fueron jóvenes rebeldes los que sentaron las bases institucionales de la Argentina. ¿Acaso no fue Sarmiento un joven idealista, que enfundado en su espíritu combativo, marcó un antes y un después en la educación pública de nuestro país?

Muchachos diferentes, desestructurados, con espíritu de lucha e ideales de grandeza fueron quienes hicieron posible la reforma universitaria de 1918, quienes salieron a las calles en octubre de 1945 y quienes se enfrentaron a todas las dictaduras.

Desde hace medio siglo, con más fuerza, la juventud es un actor político relevante y mientras esta generación continúe expresando libremente sus ideales y no se sienta aprisionada por pensamientos establecidos, podemos decir que la revolución es altamente favorable.

Porque son los jóvenes quienes siempre buscan identificarse con un estilo que los haga sentir diferente a los demás. Y es el rock, un estilo de música que se diferencia de los demás por abrir un camino de oportunidades, entre las que podemos mencionar la posibilidad de expresión durante aquellos años de censura. Además, marca una tendencia muy amplia ya que no hay un solo estilo de rock. Hoy en día se mezclan culturas, distintas clases sociales, y hasta incluso generaciones con más de cinco décadas de diferencia.

El rock ya no es simplemente un estilo de música, sino parte de la identidad de un joven. Sin embargo, este hecho alerta a los más experimentados, ya que piensan que esta nueva forma de pensar puede causar algunos problemas en el futuro no muy lejano. Por lo general, el rock siempre ha estado en contraposición de los principios morales, de las leyes y de la autoridad; cuestión que preocupa a muchos y, por ende, da acceso a los prejuicios sociales.

Los jóvenes revolucionarios de hoy son aquellos que se revolucionan cuidando los recursos escasos, como el agua, los bosques, el aire. Son los que aspiran hacer la revolución abstracta, la revolución de la vida, los que cuidan su alimentación, los que fomentan el reciclado, los que quieren mejorar y los que aspiran a cambiar. Con el correr del tiempo, han cambiado los aspirantes revolucionarios.

Hoy se habla -en la era de la revolución tecnológica- de tratar de cambiar el paradigma de la forma de vida de las personas; y son los jóvenes quienes tienen esas bases sentadas, para que tal fin se lleve a cabo con éxito. Pero es menester que sea hoy, “siempre es hoy”, como dice Gustavo Cerati. Los jóvenes somos el presente, y no el futuro. Como alguna vez lo resumió el Indio Solari, “el futuro ya llegó”.