La Declaración de Córdoba designa a América Latina y Caribe zona de convivencia interreligiosa

El gobernador de la Provincia, Juan Schiaretti presidió el acto en cuyo transcurso se rubricó el acta de la Declaración de Córdoba, por la cual se declara a América Latina y el Caribe como “Zona de Convivencia Interreligiosa”, con el objetivo de fortalecer la tolerancia y proteger el pluralismo de las distintas creencias religiosas.

Al dar la bienvenida a integrantes del Comité Interreligioso por la Paz, autoridades y representantes de distintas confesiones, el mandatario sostuvo que «la capital de la provincia ha recibido distintas corrientes culturales, étnicas y religiosas, todas las cuales le han dado su impronta, circunstancia por la cual Córdoba ha sido a lo largo de la historia la protagonista de hechos que han marcado hitos en el país y en América Latina».

Subrayó Schiaretti que «es la diversidad lo que nos da la característica especial que constituye para nosotros una auténtica bendición ya que estamos convencidos de que es a través de ella que los pueblos pueden progresar en paz».

El Gobernador recordó que hace un par de décadas, los representantes de las iglesias monoteístas, constituyeron el Comipaz, «que es el diálogo interreligioso y que representa un gran orgullo para los cordobeses la sustentabilidad de esta idea, porque mientras en el mundo crecían las dificultades  aquí  se mantuvo el diálogo que  permitió, en momentos críticos, llegar a toda la población con el mensaje de paz y de tranquilidad».

Destacó el «rol central que tuvo en la convivencia» este organismo y dijo que eso es una fuente permanente de alegría. «Hoy es otro día histórico para Córdoba porque estamos aquí firmando la Declaración de Córdoba, América Latina y el Caribe por el Diálogo Interreligioso y  por la Paz y me parece excelente  que en nuestro joven continente vayamos por ese camino».

Schiaretti  puntualizó que «es un mundo que se está globalizando, escuchamos a menudo expresiones sectarias  y de discriminación y nosotros, más que nunca frente a eso, tenemos que levantar la bandera  de que somos todos parte de la misma raza que es la raza humana, así como la bandera de la paz».

«Estoy seguro de que este diálogo interreligioso entre los credos monoteístas se va a extender por toda América Latina, como ya existía y como lo mencionó acertadamente Monseñor Carlos Ñañez, pero es una marca distintiva que tenemos que tener los latinoamericanos, que es la globalización de la paz».

Consideró Schiaretti que «eso va a permitir que el ser humano pueda convivir, más allá de sus creencias y pueda tener la tolerancia que se necesita  para convivir con aquellos que piensan distinto o que tienen una religión diferente. Hay que entender definitivamente que el progreso se logra cuando se puede pensar distinto, sentir distinto, tener distintas religiones pero sabiendo siempre que somos todos parte de la raza humana y que, respetando el pensar y el sentir distinto, podemos lograr la síntesis que nos permita progresar y alcanzar el desarrollo en paz».

De la ceremonia, celebrada en el Centro Cultural Córdoba, participaron  el intendente de la ciudad de Córdoba, Ramón Javier Mestre; el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj y el representante de la Organización Islámica para América Latina y el Caribe, Mohamed Rumie; del Consejo Episcopal de América Latina, monseñor Rodolfo Valenzuela Núñez; del Consejo Judío Latinoamericano, Adrián Werthein y del Consejo Latinoamericano de Iglesias, Isdalia Ortega Sánchez; el arbozispo de Córdoba, Carlos Ñañez y los miembros del Comipaz. También acompañaron al Gobernador, la secretaria de Equidad y Promoción del Empleo, Alejandra Vigo y el ministro de Gobierno provincial, Juan Carlos Massei.

En la parte sustancial del documento suscripto hoy en Córdoba se declara «a América Latina y el Caribe, zona de convivencia interreligiosa» y se sostiene que esa convicción «es el punto de partida para la creación y profundización de programas y proyectos que promuevan esta convivencia interreligiosa latinoamericana y caribeña, que es un signo de bendición».