Cordobeses construyen mano articulada con impresora 3D

Desde su invención, las impresoras 3D no han parado de sorprender por la capacidad de alcance y las posibilidades que brindan a quienes las utilizan, y esto ha podido evidenciarse de manera reciente en Córdoba, más específicamente en Villa María, donde especialistas crearon una mano articulada con este recurso.

La impresora 3D fue adquirida por el Municipio para la Tecnoteca dependiente de la Universidad Popular, con la finalidad de que niños, adolescentes y jóvenes de la ciudad y la región puedan tener la experiencia de la utilización de la misma en igualdad de oportunidades.

Quienes estuvieron a cargo del trabajo son dos estudiantes de los últimos años de Mecatrónica de la UTN local, además abocados al acompañamiento docente tecnológico en la Tecnoteca. El cordobés Marcelo Ghezzi fue el encargado del armado de la mano articulada, bajo la dirección de Gustavo Cierra. Ambos contaron con la supervisión de Rodrigo Pérez Weiss, un especialista en 3D que viajó desde Buenos Aires en algunas oportunidades para brindarles sugerencias en el desarrollo de la pieza.

“La impresora 3D es una tecnología de punta que se usa para hacer fabricación digital: una persona puede tener algo en su imaginación, y con un software llevarlo a la impresora 3D para convertirlo en algo físico y utilizable. Nosotros conformamos un Laboratorio de Fabricación Digital”, explicó Cierra.

Según expuso el especialista, la idea de construir esta pieza provino del villamariense Mario Bertello, de 43 años, quien no tiene su mano derecha desde hace 41 años producto de un accidente en el campo. “Se enteró que teníamos la impresora y había visto que en Estados Unidos ya se había hecho. No lo habíamos intentado nunca, pero aceptamos el desafío y nos pusimos a investigar”, celebró el estudiante de Mecatrónica.

“Encontramos en un repositorio en Internet donde están todos los archivos para imprimir en 3D, el modelo de la mano articulada y la adaptamos para Mario”, contó Cierra, quien además puntualizó que este tipo de pieza mecánica necesita que la articulación de la muñeca esté conservada. “Imprimimos cada una de las partes de la mano en forma separada y luego eso se articula con tornillos, cordones que simulan los tendones del brazo, y elásticos en la parte superior”, detalló.

Los materiales utilizados para la construcción de la mano articulada son plásticos PLA, derivados del vegetal, que revisten la calidad de biodegradables. Cabe señalar que si bien las primeras impresiones 3D han sido realizadas en plástico, actualmente se está dando una revolución en cuanto a materiales, ya que se han adaptado otras texturas como maderas, cementos, limaduras de hierro, cobre o bronce, y hasta derivados de la soja.

La impresora 3D de la Tecnoteca está disponible de manera gratuita para todo aquel que quiera utilizarla, y los interesados sólo deberán costear los gastos del material utilizado.

Para la mano articulada, por ejemplo, se utilizó material por 400 pesos, que significa una gran diferencia con los más de 20 mil pesos que cuesta la pieza en el mercado. “Hoy, en muy poquito tiempo, podemos pasar de una idea a brindar una solución real a una persona”, celebró Cierra.

Si bien las primeras impresoras 3D fueron una modificación que los científicos Jim Bredt y Anderson Tim realizaron sobre una máquina de inyección de tinta, y resultaron costosísimas hasta para las industrias, su precio está cayendo tan rápidamente que hoy están al alcance de los ciudadanos, incluso, para que puedan emplearla con fines sociales o personales.