Con Pulso Urbano, la danza conmovió a Córdoba

  • Concluyó la IX edición del festival que ya se convirtió en un clásico.
  • La Pampa de Achala, Miramar, el Teatro del Libertador y las orillas del Río Suquía fueron los escenarios elegidos.
  •  Ocho compañías y siete funciones conmovieron al público durante los tres días del festival.

Pasó la IX edición del Festival Pulso Urbano, el evento de danza contemporánea que propone baile en paisajes urbanos, que como novedad este año también sumó a los paisajes naturales. 

En un homenaje a las aves autóctonas, la Pampa de Achala y Miramar de Ansenuza se convirtieron en escenarios sobre los cuales los movimientos de los bailarines se mimetizaron con el entorno creando nuevas y hermosas sensaciones.

Durante tres días, Córdoba celebró la danza de la mano de ocho compañías presentando siete funciones que se disfrutaron en tres localidades. Los niños que asisten a escuelas de la región de la Pampa de Achala y de Mar Chiquita fueron los principales espectadores, pudiendo concretar, en muchos casos, la primera experiencia contemplando danza en vivo. 

Además, todos los departamentos provinciales acompañaron al Festival Pulso Urbano realizando un flashmob, una acción organizada en la que un gran grupo de personas interpretó, con coreografía libre, una pieza musical propuesta por el festival.

El evento tuvo su apertura en un escenario montado en el Parque Nacional Quebrada del Condorito, y, por la tarde, los bailarines desplegaron su arte frente al Teatro del Libertador, en la ciudad de Córdoba.

En la segunda jornada el despliegue artístico se trasladó a la playa central de Miramar, a orillas de la laguna Mar Chiquita donde los bailarines se mimetizaron con el paisaje homenajeando a los característicos flamencos de la región de Ansenuza. 

El festival tuvo su cierre durante la tarde del viernes en las inmediaciones del Centro Cívico, sobre el Río Suquía. Allí, las compañías mostraron su talento en el marco de lo cotidiano para revalorizar los lugares naturales con los que cuenta la Ciudad.

La programación también incluyó “Permiso Serenata”, una propuesta que lleva la danza al interior de los barrios de la Capital, a cargo del Seminario de Danzas Clásicas Nora Irinova. Por otro lado, los talleres de formación desarrollados en el Teatro del Libertador tuvieron una gran asistencia demostrando el interés que los artistas y la comunidad de la danza tienen por seguir capacitándose.

“Al cierre del festival, pudimos ver el diálogo entre la urbanidad y la naturaleza. Tuvimos la oportunidad de disfrutar de los bailarines de los elencos oficiales e independientes presentes en territorio cordobés y fue un encuentro conmovedor”, dijo el presidente de la Agencia Córdoba Cultura, Raúl Sansica.

Y agregó: “El sonido de las aves, los flamencos y el sonido de la urbanidad atrayendo al público que se acercó espontáneamente. Pudimos ver el reflejo de lo que hablamos cuando nos proponemos asumir la diversidad de los distintos géneros y en distintas disciplinas, como en este caso donde vimos bailar contemporáneo, clásico, pop y folclore, es decir, todo lo que inspira y puede ser transmitido”.

El valor artístico y cultural de esta experiencia en la que dialogan el arte y la danza reside en el despojo del contexto tradicional en el que suelen presentarse pasajes clásicos de la danza, como el pas de deux El Casanueces o el pas de deux El Corsario subiendo a escena en entornos naturales y fusionandosé a la perfección, lo que representa un diálogo de aprendizaje, sobre todo, para los niños de las escuelas asistentes. Ya se prepara la décima edición en la que, seguramente, Córdoba bailará en cada rincón.