Para una rápida definición de sus propiedades se podría decir que se trata de alimentación saludable en pequeñas dosis. Es que al ser ricas en fibras, vitaminas y minerales, entre otras bondades, las semillas pueden ser complementos para tener en cuenta a la hora de preparar las comidas.
Su consumo permite, además, incorporar al organismo grasas buenas (ácidos grasos poliinsaturados), hidratos de carbono de absorción lenta, que posibilitan la mejor asimilación de los azúcares, y fotoquímicos, que son compuestos bio-activos muy beneficiosos para la salud.
Estas propiedades hacen de las semillas alimentos apropiados para la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles, entre las que se cuentan la diabetes tipo 2, hipertensión, sobrepeso, obesidad y afecciones cardiovasculares, según consideran profesionales del programa de Alimentación Saludable de la Dirección de Enfermedades Crónicas de la provincia (1).
Las semillas son el corazón de las plantas, sus óvulos fecundados son depósitos de la información y los nutrientes para que surjan las plantas futuras, fuente de ácidos grasos poliinsaturados que ni el hombre ni los animales podemos formar. Enteras o molidas, dispuestas sobre ensaladas, como condimentos, dentro de panes o en barritas, son todas alternativas para sumarlas a la alimentación.
Dentro del amplio abanico, acá algunas opciones para tener en cuenta:
Semillas de mijo: Contienen una buena cantidad de hidrato de carbono, por lo tanto son una buena fuente de energía, poseen vitaminas E y del complejo B, fósforo, calcio y proteínas. Como sus granos se consumen enteros todas sus propiedades se aprovechan sin desperdiciar nada.
Semilla de girasol: se puede utilizar en panes, crudas o simplemente tostadas. Se extrae aceite con excelentes propiedades cuando es prensado en frío y no esta refinado ni hidrogenado, son ricas en vitamina E, vitamina B1, magnesio y selenio.
Semillas de calabaza: contienen proteínas, amino ácidos esenciales como cucurbitita y ácido cucúrbico, ácidos grasos Omega 3 y 6 , vitaminas A, C y E. Poseen propiedades antinflamatorias, emolientes y antiparasitarias. Se pueden comer enteras o procesadas en una licuadora para que sea más fácil su digestión.
Semillas de amaranto: poseen alta cantidad de proteínas: entre 14 y 19 por ciento, son fuentes de lisina. El aceite que contiene esta semilla es rico en ácidos grasos insaturados, como el linoleico, el cual es un ácido graso indispensable, contiene potasio, calcio, magnesio, cinc, cobre, manganeso, níquel y hierro. Es un alimento preventivo de enfermedades cardiovasculares.
Semillas de quinoa o quinua: tiene un alto valor nutritivo y bioactivos, muy útil para prevenir enfermedades asociadas a la obesidad, como las cardiovasculares, la diabetes y las hiperlipemias, hipertensión. Poseen una alta cantidad de fibra, por ello producen sensación de saciedad. Colaboran con la reducción del colesterol malo debido a su contenido en ácidos grasos omega 3 y omega 6.
Alimentación saludable
El Ministerio de Salud implementa el programa de Descenso de peso saludable y reeducación alimentaria, destinado a personas con sobre peso y obesidad, desde los 7 años de edad.
Atiende en el Viejo Hospital San Roque, Rosario de Santa Fe 374, primer piso.
Horario de atención: 7 a 19.
Solicitud de turnos: 7.30 a 13.30. Se puede solicitar por teléfono al 4342437/38 interno 265 o personalmente.
El programa está a cargo de la Dirección de Protección de Enfermedades no Transmisible de la Secretaría de Promoción y Promoción de la Salud.
(1) Documento » La importancia de las semillas en la alimentación».