“La organización del Rally ha llegado a un punto óptimo”

“Ahora viene lo más difícil. Debemos mantenernos en el mismo nivel de los últimos años, no bajar ni un escalón, conservar las cosas en las cuales nos hemos destacado: la seguridad, el cumplimiento estricto de los horarios, etcétera. Con la colaboración de todos los involucrados, se puede decir que la organización del Rally ha llegado a un punto óptimo.”

La definición pertenece a David Eli, coordinador para Argentina de la carrera que en breve mantendrá en vilo al universo tuerca de Córdoba. En esta edición 2014, la particularidad es que habrá tres campeonatos en disputa: Mundial, Codasur o Sudamericano y Nacional.

Vinculado desde hace más de 30 años a las competencias, Eli se hace un tiempo para responder preguntas cuando restan horas para el comienzo de las pruebas.

-¿Cómo llega la organización a este punto?

Esta es la etapa que se da por concluida cuando los equipos se instalan en el parque de servicios, predio especialmente diseñado para que pilotos y técnicos puedan desplegar toda la infraestructura y el público pueda verlo. Hemos armado el predio en cuyo centro el público podrá ver los equipos, cuando llegan los pilotos, conseguir autógrafos.

—¿Dónde se encuentran las máquinas?

Los autos están tapados. Hasta el día jueves por la mañana, los pilotos no pueden andar en los coches de carrera. Lo que sí pueden hacer es trabajar sobre los autos, repasar la parte mecánica, electrónica, pero no conducirlos ni hacer ninguna prueba. Esta prohibición obedece a que, anteriormente, cada equipo elegía una calle, iban, probaban las máquinas con el riesgo que esto implica en materia de accidentes y molestias a la gente ajena al rally, etcétera. Para una mejor convivencia, se empezaron a reglar estas cosas.

-¿Cómo es la disposición en el parque de servicios?

Cada equipo, sin importar su magnitud, tiene asignada una superficie 45 por 20 metros. Dentro de ese sector deben instalarse con dos autos, los repuestos, gomas. Disponen de un espacio de hospitalidad para atender a sus invitados y también para el día a día de los mecánicos y demás integrantes del equipo. Cuando el piloto vuelve al final de la jornada, tiene un lugar donde descansar, alimentarse, cambiarse de ropa. Cada equipo usa ese espacio de distinta forma.

De todas las latitudes

El Rally, que se televisará al mundo en directo, cuenta con un total de 40 equipos entre los oficiales (Ford, Volkswagen, Citroen y Hyundai) y los privados, provenientes de todas partes del orbe: ingleses, alemanes, rusos, indios, cataríes, por nombrar sólo algunas nacionalidades.

“Es un volumen importante de gente que nos visita y que viene a trabajar con sus equipos. Tuvimos que inscribirlos en el Registro Nacional Único de Requirentes de Extranjeros (RENURE), de la Dirección de Migraciones, que obliga a que uno sea responsable de la gente que se invita a participar”, explica Eli.

-¿Cómo vive el público cordobés esta fiesta?

La gente tiene muy claro qué día abre el parque de servicios, cuándo se realiza el shakedown, que es la prueba técnica con el auto de carrera en un tramo de poco más de cuatro kilómetros que se recorre en varias oportunidades, y que será el jueves por la mañana. Ese es el gran día en que los autos se ponen en marcha, el primer contacto que los pilotos tienen para probar sus autos: la suspensión, la regulación de la electrónica con relación a la altura, porque acá nos encontramos a 680 metros sobre el nivel del mar, y muchas veces ellos corren a cero metros sobre ese nivel. Recién entonces pueden probar frenos, suspensión, todo lo que trabajaron estando el auto detenido, con un máximo dos horas para hacerlo. El público va a verlo con mucho entusiasmo, porque saben que los coches pasan muchas veces por el mismo lugar. El cordobés conoce mucho sobre la dinámica del Rally.

Esa es la primera vez que el público ve los motores en marcha.

Exacto. Porque si bien el miércoles hacen un reconocimiento de caminos, lo hacen con un auto de calle, que no debe tener ninguna identificación, no hacer ruido ni estar pintado de ninguna manera. Ese reconocimiento se hace con la ruta abierta, compartida con el público, porque es un reconocimiento, no una práctica. Eso demanda un operativo con la Policía de Córdoba y con Caminera, ya que se comparten las vías durante un día con la gente que trabaja en los distintos sitios. No es que la ruta esté cerrada, pero se cuida con mucha precaución a la gente que vive o tiene que circular por allí. La velocidad máxima de esos autos de calle que usan los pilotos se controla por medio de GPS, y no pueden superar los 80 kilómetros por hora. Cada día, al regresar, deben descargar la información, que nos dice por dónde, a qué hora y a qué velocidad anduvieron. Si superan los 80 kilómetros por hora, los sancionamos con tiempo. Nadie quiere arrancar la carrera con una sanción, con segundos o minutos en contra, por eso se cuidan. Hace ya muchos años que no se sanciona a pilotos, porque los controlamos fielmente. Lo hacen piloto y navegante, que así diseñan sus propias hojas de ruta, con sus códigos, que luego los guiarán durante la carrera.