La convivencia escolar no es sólo cosa de chicos

“Esta juventud está perdida”, “los chicos de ahora no respetan”, “los pibes están violentos por la televisión”, son algunas de las muchas expresiones que suelen usarse para respaldar la visión de que la convivencia escolar es un problema de los chicos. Sin embargo, “la mayoría de las demandas que se recibenobedecen a problemas que involucran a adultos de la comunidad educativa”, explica la coordinadora del Programa de Convivencia Escolar del ministerio de Educación de la Provincia, Susana Berardo.

El programa funciona desde el 2000 y cuenta con cuatro líneas de acción: Asistencia Técnica, Capacitación, Producción de Insumos Bibliográficos e Investigación. Desde su implementación hasta diciembre de 2011 se recibieron más de 4.200 demandas de asistencia.

Al momento de realizar la intervención, los profesionales se encuentran con situaciones que no siempre responden a los motivos expresados al momento de solicitar la asistencia por vía telefónica. «Casi la totalidad de los consultantes son adultos que integran la comunidad educativa y suelen identificar al problema con relación a niños, niñas y adolescentes, no refiriéndose a otros adultos o a sí mismos como protagonistas”, destaca el equipo de coordinación del Programa.

El intento de establecer condiciones institucionales para llegar a acuerdos sustentables “ha implicado la revisión de los marcos valorativos que los adultos de las escuelas tienen, su predisposición para cumplir y sostener los marcos normativos existentes, y el reconocimiento de que los problemas de convivencia los implican directamente”, explica Berardo.

Se destaca que casi la mitad (54.91%) de quienes efectúan solicitudes de atención son directivos de las escuelas, a los que se suman los supervisores (12.58%) y docentes (2.05%). Familiares de alumnos representan el 16.01%, quedando el 14.41% restante para la categoría “Otros”, que comprende a alumnos, vecinos, etcétera.

También aparece como motivo de consulta frecuente el asesoramiento en convivencia, lo que está asociado a la elaboración de los Acuerdos de Convivencia Escolar en las escuelas secundarias, que son las que concentran poco más de la mitad de las demandas (52.63%).

Cabe destacar en 2010 (por resolución ministerial) se dispuso que los centros educativos secundarios de la provincia elaboraran acuerdos de convivencia, que luego son evaluados por el equipo del Programa de Convivencia Escolar en acuerdo con las direcciones generales respectivas.

Intervenciones

Para solicitar la asistencia del Programa no hace falta exhibir ningún título específico ni revestir ninguna condición frente al sistema: pueden hacerlo supervisores, directivos, docentes, alumnos/as, familiares y, en general, cualquier miembro de la comunidad.

El acceso a la asistencia es posible a través de diferentes vías: por nota, por pedido de atención en sede y por vía telefónica. Además, se interviene de oficio ante situaciones conflictivas que toman estado público sobre las que no se tenía demanda anterior.

Es posible acceder a la Asistencia Telefónica mediante una línea gratuita de atención que funciona de lunes a viernes de 8 a 17hs. El 0800-7773728 ofrece servicio de información, orientación y asesoramiento especializado a distancia a escuelas de todos los niveles y modalidades del sistema educativo provincial. En la mayoría de las situaciones, la demanda no se resuelve telefónicamente sino que deriva en una intervención que implica la realización de entrevistas a todos los actores implicados, talleres de reflexión institucional, etcétera.

Esta Asistencia Técnica llega a la escuela cuando se produce un evento que se percibe como conflictivo. Entonces, un equipo interdisciplinario (conformado por Psicólogos, Psicopedagogos, Trabajadores Sociales, Sociopedagogos, Fonoaudiólogos y Sociólogos) va a la escuela y comienza a trabajar con la comunidad educativa y con relación a los protagonistas del conflicto puntual.

Las intervenciones apuntan, en el nivel preventivo, a la búsqueda de estrategias que favorezcan la resolución pacífica de los conflictos, la construcción de ciudadanía, la institución de los derechos humanos fundamentales, en un clima de convivencia democrático y saludable. Las acciones preventivas surgen en algunos casos por iniciativa propia de las escuelas y, también, porque hay lineamientos de política educativa específicos que establecen como necesario el trabajo sobre la convivencia. “Como plantea Jaques Delors para UNESCO, aprender a vivir con otros es uno de los cuatro pilares básicos de la educación”, refiere Berardo.