Avant Premiere de Vigilia en Agosto, en el CCC

Un minuto antes de que se apagaran las luces para iniciar la proyección de Vigilia en Agosto, su director Luis María Mercado, intentó sin fortuna en tres ocasiones agradecer a quienes lo acompañaron en la aventura de hacer la película, pero la emoción le quebró la voz y sólo alcanzó a decir “es un milagro” y “todos ustedes trabajaron en él”. Después se sentó para ver su ópera prima en el microcine del Centro Cultural Córdoba junto a parte del elenco, técnicos, periodistas y un grupo de incondicionales que lo sigue a todas partes, y que apuesta a que la película se mantenga en cartel para el disfrute de mucha gente.

Mercado es también el responsable del guión y se dio el lujo de escribir y dirigir una historia que transcurre íntegramente en su pueblo natal, Oncativo, para lo cual aprovechó la memoria sobre las calles, la gente y una forma de ver el mundo.

Conmovido y satisfecho, el joven director asegura que “ha sido un placer trabajar ahí porque es un lugar que  siempre tuvo una intensa vida cultural, donde el arte tiene una gran preponderancia. Y además, ha sido fácil porque la comunidad ha colaborado, ha hecho suyo el proyecto y lo apoyó de manera incondicional”.

“Vigilia…” es una realización que recibió de la Provincia de Córdoba un aporte reintegrable y el premio del concurso de postproducción, además de ser producida por Twins Latin Films y Prisma Cine. Pasó con buenas críticas por el  Festival de Málaga y el Bafici, en setiembre estará en El Festival de Cine de las Alturas de Jujuy, y en octubre en  Madrid.

El director dice que, aunque no tiene todos los elementos que quisiera para un análisis profundo, cree que “el cine argentino está atravesando por algunas dificultades en cuanto a la producción y una aún más importante que tiene que ver con la difusión y la distribución y exhibición”.

Mercado lamenta que la mayoría de las salas esté ocupada por apenas un puñado de películas “cuando lo que necesitamos es diversidad y espacio para otras producciones de aquí, de Europa y de Asia, para no ver siempre lo  mismo, o que cuatro o cinco películas se apropien de todas las pantallas”. Optimista al fin asegura que “tarde o temprano eso terminará por cambiar”.

Pero hasta que los distintos sectores involucrados en la industria cinematográfica se pongan de acuerdo para  modificar algunas condiciones, Luis María Mercado acepta que él ya ha tenido la suerte de cumplir varios sueños  en los que han sido partícipes muchas personas. “Vigilia en Agosto” revolucionó el universo de Oncativo que además  de prestarle su geografía a la película le ha aportado extras, voces y amaneceres.

Por eso aunque pase por las pantallas más caracterizadas del séptimo arte, en la memoria afectiva de todos, el estreno más recordado será el de la semana pasada, en el Cine Teatro Victoria de Oncativo.

Blanca y radiante

La creación de Mercado sigue los pasos de Magda (Rita Pauls) en la semana previa a su casamiento con El Gringo Marcelo (Maximiliano Bini). En la casa de la joven maestra todo está concentrado en el acontecimiento que se viene. Por allí desfilan a diario las amigas de la novia, vecinas y parientes para quienes parece no existir en el mundo nada  más que la dichosa boda.

La madre -una impecable María Fiorentino- ultima los detalles del vestido y custodia la vigilia que sin que nadie lo advierta comienza a llenarse de acechanzas, cuando Magda ve y oye cosas que la hacen dudar de cuestiones que hasta ayer nomás eran certezas.

Como telón de fondo está el trazado urbano de Oncativo, sus casas cuidadas al costado de la ruta y su avasallante riqueza agrícola. Silos inmensos que atesoran toneladas de cereal, galpones con estibas interminables, cosechadoras , tractores y camiones merodeando las zonas de descarga.

La película rescata una manera de hablar reconocible, y está plagada de personajes que cualquiera puede identificar en cualquiera de los pueblos del interior. Desde esas relaciones tan particulares entre los más poderosos -el médico  que aconseja a un productor rural sobre cómo salir de un “problema”- hasta las curanderas que a domicilio se encargan del empacho y la firme convicción de que muchos problemas tienen origen en el mal de ojo, más que en circunstancias concretas, visibles y modificables.

Rita Pauls asume con naturalidad el rol de la novia que a medida que empieza a abrir los ojos a la realidad circundante, experimentará en su físico dolores constantes que la enferman cuando a su alrededor todo es fiesta.

La actriz lo cuenta así. “Magda se empieza a desestabilizar por las cosas que le suceden a gente que la rodea, como si se corriera un velo que le hacía ver las cosas de otra manera. Y entonces revisa todo lo que pasa en su vida y repasa las conexiones con la gente que la conoce, todo lo cual la mete en un proceso de introspección muy fuerte y enloquecedor”.

Ella también rescata como excepcional la experiencia de filmar en Oncativo. “A diferencia de lo que sucede en estudio, cuando la gente termina el trabajo y vuelve a su casa, acá nunca salíamos de ese universo y por eso era muy fácil conectar con la historia todo el tiempo y se iban sumando capas que le daban a la narración mucha profundidad”.

Rita coincide con el director en el entusiasmo que generó la película y rescata la complejidad de la atmósfera , además de ponderar que se haya podido estrenar “Vigilia…” en el Cine Teatro Victoria, al que define como “una especie de teatrito de muñecas que parece hecho como un bizcochuelo de frutilla, que es a la vez, un lugar especial, hermoso y extraño”.