El deporte como un modo de vida

Es un pionero en lo que hace, y su nombre es sinónimo de la disciplina que, por él, dejó de ser un deporte “raro” en Córdoba. Mariano Reutemann dedica su vida a la vela: con 38 años, compite desde hace casi 30 y el legado promete seguir: su hijo Martín, que tiene 11, ya empezó a hacer sus primeras armas en el windsurf.

Apenas llegado de los Juegos Panamericanos de Toronto, donde obtuvo la medalla de bronce, el natural de Carlos Paz explicó el valor que tiene una competencia semejante para quien vivió nada menos que tres Juegos Olímpicos. “A medida que pasa el tiempo, uno lo puedo vivenciar de una manera diferente, especial. Se disfruta más allá del hecho competitivo en sí. El estar rodeado de la elite del deporte panamericano y mundial es muy especial. Esto (los Panamericanos) no se compara con un campeonato o con una fecha de World Cup. Acá, uno palpita ese corazón argentino, el llevar los colores de una bandera. Ahí es cuando uno toma real conciencia de todo lo que significa”, afirmó quien estará en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.

Martín creció a la vera del lago San Roque e, inevitablemente, heredó la pasión de su papá. “Que mi hijo siga con lo que empecé, es una emoción enorme. Uno, como padre, tiene la responsabilidad de dejarlos hacer, que vayan transcurriendo su vida tratando de sortear obstáculos que uno ya ha vivido. Ya está en la etapa competitiva inicial”, sostuvo Reutemann. Pero, más allá de los logros que un deportista pueda o no obtener, lo que un padre quiere para su hijo es mucho más que un podio: “Me pone muy contento, sobre todo, por poder transmitirle los valores que da el deporte a la juventud. Lo practican mi hijo y mi sobrino. Uno, como referente, tiene que reflejar eso que aprendió”.

Supo, hace rato, navegar en aguas turbulentas. Hizo todo por sus sueños. Y, aunque le costó, Reutemann asegura que valió la pena: “Hablo de la vela y se me pone la piel de gallina. Uno se levanta pensando en esto y se acuesta de la misma forma. El deporte me ha dado muchísimas satisfacciones: es parte de la estructura de mi familia, es una pasión y una profesión. Muchos me preguntan qué profesión tengo y yo respondo, con orgullo, que soy deportista. Eso es algo que, de a poquito, en nuestro país ha tomado valor”.