Una ciudad de «chapitas» en la Capilla del Buen Pastor

En la puerta de entrada de la Capilla del Buen Pastor una ciudad «construida» con tapitas de chapa recibe a los espectadores. Se trata de la instalación que realizaron por Aylén López Ramirez y Aylén Crusta, dos artistas que se presentan con el nombre «Aylén al cuadrado». La intervención es en el marco de la muestra “Chatarra” que se realiza desde el pasado jueves y que se extiende hasta el 28 de marzo en el Paseo Buen Pastor.

Cartón, hierro, telas, chapitas, madera son algunos de los elementos que sirvieron a los 80 artistas de la ciudad para realizar obras que no sólo despiertan curiosidad sino que movilizan al espectador a comprometerse con la construcción de una ciudad más integradora y cuidada.

Además de concientizar sobre la reutilización de los elementos desechables, el objetivo de la segunda exposición realizada por los promotores culturales Mercedes López Moreyra, coordinadora general de «Chatarras» y Francisco Melano Cassina es el de lograr la participación de los espectadores. “Nos interesa fomentar una nueva relación entre el púbico y la obra a partir de experiencias creativas nuestra propuesta de arte no es sólo para entendidos, sino que apunta a que puedan apreciarla cualquier persona sin formación especìfica”, dicen las artistas

«Aylén al cuadrado» realizó la obra con  la técnica del mosaiquismo, construyeron a partir de una iconografía de la ciudad puentes, edificios y un cielo multicolor con las chapitas que juntaron en distintos espacios de Córdoba y localidades del interior.

“A través del arte se puede concientizar”, dice Aylén Crusta. El concepto que desarrollaron las artistas es a partir de plantearse y cuestionarse sobre la participación de los ciudadanos. “Apropiarse del espacio” es un modo de pararse frente a lo que sucede a nuestro alrededor y «cuidar  el lugar que habitamos» es la consigna que sostuvieron sus creadoras.

Partieron de la idea de que “algo mínimo puede generar grandes cambios o el todo es más que la suma de todas las partes», ejemplificó Aylén López. “Nuestro trabajo comenzó con la logística de recolectar chapitas  un mes y medio antes de construir la obra, comenzamos a recorrer bares de la capital y el interior». La gente se sumó al  pedido y colaboraron comprometiéndose con el arte y con el cuidado del medio ambiente, aseguraron las artistas.

La obra. La estructura es una malla de media sombra, que se apoya sobre bolsas de nylon y diario que sirven de aislación. Las chapitas se pegaron con siliconas y el trabajo les llevó una semana y media de realización. Caminar sobre la instalación es una experiencia visual y sensorial. El equipo de «Aylén al cuadrado» se plantea interrogantes acerca de que ciudad queremos habitar y como nos relacionamos con ella.