Una celebración con más de tres siglos de historia

Desde hace más tres siglos, todos los 2 de febrero se celebra la Fiesta de la Virgen en la Estancia Jesuítica de La Candelaria, que es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde el año 2000.

Bajando a pié o caballo por senderos que cruzan los cerros o llegando en automóvil tras recorrer varios kilómetros por empinados caminos de tierra, la gente de la zona dice presente cada año a la ceremonia.

El pueblo se viste de fiesta y pululan los puestos de comidas tradicionales (empanadas, carne en bolsa, cordero asado) elaborada por los lugareños.

El pasado domingo 2  no fue la excepción. La Candelaria recibió la mayor cantidad de agrupaciones gauchas vistas en los últimos años, y cerca de 1.200 personas acompañaron el paso de la virgen.

El ritual comenzó con el descenso de la imagen de la Virgen de La Candelaria de su hornacina en el retablo central de la Capilla y  la colocaron en las andas procesionales (imagen y andas pertenecen al siglo XVII). La población ya estaba preparada y realizó un acto litúrgico de la novena de oración en horas de la tarde.

La novedad del encuentro fue la incorporación del cine móvil de la Agencia Córdoba Cultura. Los más chicos rodearon la pantalla y se acomodaron para ver las películas que prepararon para pasar las últimas hora del encuentro.

Los días previos comenzaron a llegar las agrupaciones gauchas a la estancia, desde La Falda, Huerta Grande, Cruz del Eje, Villa de Soto, Cruz de Caña, Pampa de Olaen, entre otras. Fueron recibidas por el personal de la estancia y por la agrupación gaucha de La Candelaria. Jinetes y caballos acompañaron en la procesión de la Virgen.

El evento contó con la participación de las municipalidades de Cruz del Eje, Municipalidad de Villa de Soto, Comuna de La Higuera, Comuna de Cruz de Caña y Agencia Córdoba Cultura del Gobierno de la Provincia de Córdoba.

Un Patrimonio de todos. La imagen de la Virgen data del siglo XVIII y llegó a estas tierras de la mano de los conquistadores. Actualmente se conserva en la Estancia Jesuítica La Candelaria, que lleva su nombre.

El casco de la Estancia albergaba una hermosa Capilla para el culto religioso, la residencia de los Padres Jesuitas y la ranchería donde vivían los esclavos. Un valioso conjunto de imágenes religiosas complementan el legado colonial: el sagrario, el frontal del altar, ropa litúrgica, objetos de culto y ornamentos. El conjunto incluye una construcción de fines de siglo XIX, destinada actualmente a servicios para el visitante.