Un telón para la boca del escenario

Arrugas y desprendimientos en toda la superficie, debido a que durante algún tiempo fue depositado -envuelto- en forma desordenada. Se observa la pérdida de grandes sectores de lienzo, por desgarramiento, por tracción, en toda la parte inferior (de aproximadamente 20 metros cuadrados), así como rasgaduras en numerosos sectores. Se observan grandes manchas producidas por agua proveniente del sistema antiincendios del teatro, en oportunidad de prevención de un siniestro. Fuerte polución negruzca adherida en toda la superficie. Fibra debilitada del lienzo”.

Ese fue el diagnóstico del artista plástico, conservador y restaurador, Oscar Gubiani, reproducido en la nota de Rafael Ferraro “El telón de boca del teatro del Libertador San Martín”, publicada por el diario La Voz del Interior, el 24 de abril de 1991.

En aquel tiempo, el Teatro del Libertador San Martín fue objeto de un plan de restauración al cumplir 100 años desde su fundación el 26 de abril de 1891. Por ta motivo, el telón de boca fue restaurado aunque luego cayó nuevamente en el abandono en algún lugar del establecimiento.

En la actualidad, la Agencia Córdoba Cultura encaró la restauración de este bien patrimonial del teatro como parte del plan de Puesta en Valor y Actualización Tecnológica del Teatro del Libertador San Martín que lleva adelante el Gobierno de la Provincia de Córdoba. Todos estos trabajos son preliminares para recibir al VIII Congreso Internacional de la Lengua Española que se realizará en la provincia de Córdoba en marzo de 2019.

La restauración

Aunque sin bastidor ni caballete, el telón de embocadura es esencialmente una gran pintura sobre tela -lienzo de lino en este caso-, que tiene 8.30 metros de altura por 12.60 metros de ancho. Esta enorme pintura era usada para cubrir la abertura de la caja escénica cuando no había función, también servía como paño decorativo de algunas reuniones sociales que se realizaban en la sala.

El  telón fue rescatado en una circunstancia bastante crítica debido a que había sido dado de baja. Considerando su alto valor histórico y artístico, afortunadamente se decidió recuperarlo”, explica el restaurador Jacinto Palacios, quien trabaja en equipo junto a las restauradoras Mabel Sosa, Cecilia Lallana y Leticia Palacios.

Se realizará una integración del soporte que tiene graves deterioros como oxidación y rajaduras, y también de sectores que presentan faltantes en la pintura”, afirma Palacios.

En estos momentos, los especialistas trabajan sobre el anverso de la tela “para tratar de recuperar, en lo posible, la elasticidad de esos tejidos, limpiar todo lo que ha afectado este soporte, integrar las rajaduras, hacer injertos en los sectores que se han perdido, lo que permitirá recuperar la integridad del soporte original”, opina el restaurador.

En otras ocasiones, Palacios y el equipo intervinieron en la restauración de pinturas sobre muros en monumentos como las pinturas en la Catedral de Córdoba y la Capilla Doméstica de la Iglesia de la Compañía de Jesús, pero esta es la primera vez que trabajan sobre una pieza de estas características.

Tiempo de ideales

La composición de las imágenes del lienzo representan la libertad, la cultura y el progreso, valores que alumbraban el ideario político de la generación del ’80 en el siglo XIX. Una mujer, que puede representar la Patria, porta un estandarte con la palabra Libertas, escoltada por ángeles que representan la justicia, la unión, el trabajo y el conocimiento. El autor del motivo pictórico también incluyó los retratos de José de San Martín, Manuel Belgrano, Dante y Miguel Ángel.

Si bien no está claramente dicho quién es el autor de la pintura, se supone que pudo haber sido Arturo Nembrini Gonzaga, artista plástico contratado para la decoración de los techos y muros del “Teatro Nuevo”, como se llamó al coliseo ubicado en la Avenida Vélez Sársfield el día de su inauguración.