Técnica y sensibilidad para solista y orquesta

Compositora precoz, a los ocho años de edad Cécile Chaminade escribió unas composiciones para la ceremonia de su primera comunión. Nació en París, el 8 de agosto de 1857, y logró superar los prejuicios de su tiempo para así poder dedicarse al estudio de la música. Escribió cientos de partituras y una de ellas, particularmente, alcanzó fama mundial hasta convertirse en una pieza obligada del repertorio para flauta y orquesta.

Este domingo 26 de mayo, a las 20 horas, en el Teatro del Libertador San Martín, la Orquesta Académica Juvenil del Teatro del Libertador interpretará el Concertino para flauta de Cécile Chaminade con la actuación destacada de la solista Natalia Martínez y la dirección del maestro Hadrian Avila Arzuza. El programa, además, contiene la Sinfonía N° 1, de Ludwig van Beethoven y la Suite N° 1 de Carmen, de George Bizet.

Las localidades para este concierto tienen un valor de 150 pesos (platea), 120 (cazuela), 100 (tertulia) y 80 (paraíso). Las entradas pueden adquirirse en la boletería del teatro, Avenida Vélez Sarsfield 365, de lunes a sábados de 9 a 20, hasta las 21 si hay función, y los domingos de 17 a 20 horas, solo si hay función.

La pequeña Mozart…

El músico George Bizet conoció a Cécile Chaminade en su casa familiar, cuando ella tenía ocho años de edad y ya daba muestras de su talento en el piano. Bizet quedó deslumbrado por la destreza de la niña, a quien llamó “mi pequeña Mozart”.

Cécile Chaminade rompió el molde de su tiempo, que le asignaba a la mujer solamente el papel de intérprete, y concretó una prolífica labor como compositora. Murió el 13 de abril de 1944.

El conjunto de su obra supera largamente las 150 partituras. A diferencia de otras mujeres, cuya vocación para la composición quedó relegada por lo prejuicios de un mundo masculino, como Fanny Mendelssohn o Alma Mahler, Cécile Chaminade logró llevar adelante una carrera musical que trascendió Europa y fue una celebridad en Estados Unidos.