Córdoba en tiempo de carnavales

Los carnavales exhiben una poderosa tradición popular. En Córdoba se celebran a lo largo y ancho de toda nuestra geografía. Desde la Agencia Córdoba Cultura estuvimos presentes en muchos de estos festejos: Embalse; Alpa Corral; Cruz del Eje, Villa Azalais; Pozo del Molle; Alicia; Ucacha; Unquillo; Saldán; Salsipuedes; Laguna Larga; Villa Quillinzo, corsos de Barrio Observatorio y Güemes en la ciudad capital; entre otros tantos.

Como se sabe, el carnaval es una de las de las fiestas fundamentales en casi todo el mundo occidental, que se celebra, generalmente, cuarenta días antes de la iniciación de la cuaresma.

Se materializa en grandes fiestas y desfiles, signados por la alegría, la despreocupación y el olvido momentáneo de los problemas cotidianos. Es, en definitiva, un momento de diversión, permisividad y libertad que tiene como escenarios espacios públicos.

Se dice que en los carnavales de la antigüedad todo valía y de ahí el uso de las máscaras y disfraces. Que luego mudaron a elementos más simples, como antifaces y serpentinas. Sin embargo, no se modificó uno de sus aspectos esenciales: en los carnavales no existen los espectadores. Todos son protagonistas. La multitud se siente dueña de las calles y plazas, y ese festejo colectivo contribuye a construir la identidad cultural de una comunidad.

No es una casualidad que la última dictadura militar suprimiera, en aquellos años oscuros, esta fiesta popular.

Hay carnavales famosos como por ejemplo los de Río de Janeiro, Salvador de Bahía y Recife en Brasil, Santa Cruz de Tenerife y Cádiz en España, Barranquilla en Colombia, Venecia en Italia o Veracruz en México. En la Argentina se reconoce la trayectoria de las fiestas que se celebran en Gualeguaychú, Lincoln, Corrientes y la Quebrada de Humahuaca, entre otras.

Pero el carnaval vive en todos los rincones, en los lugares más pequeños y en las grandes ciudades. Es difícil encontrar alguien que, en su niñez, no haya esperado ansiosamente esos días para jugar con agua en las calles del barrio, utilizando pomos, globos, jarros o baldes.