Backgammon: entre el azar y el ingenio

Un grupo de aficionados, movidos por la pasión que les genera, alienta el juego del backgammon. ¿Por qué? Simplemente porque sostienen que los juegos de mesa no sólo sirven para entretenerse y divertirse, sino que son un pasatiempo óptimo: mantienen la mente activa y aumentan la capacidad de aprender. Además, jugar con otras personas perfecciona las habilidades para comunicarse.

Alberto Bertot es ingeniero mecánico y uno de los organizadores de las Jornadas de Backgammon que se realizan de manera gratuita en el Centro Cultural que depende de la Agencia Córdoba Cultura. Aprendió a jugarlo hace 25 años: “Supe que algunos deportistas lo practicaban en las concentraciones. Estando en Italia, me puse en contacto con un grupo de Milano y lo aprendí. Al volver a Argentina me puse a jugarlo con otro amigo y nos desafiábamos por un café”, cuenta Bertot.

Este es un juego de suerte y habilidad, es muy sencillo y pueden jugarlo personas de todas las edades. En el backgammon se enfrentan dos jugadores sobre un tablero, cuyas casillas son triángulos alargados repartidos en cuatro sectores -seis triángulos por sector-. El tablero está dividido longitudinalmente por una zona central denominada bar. Cada participante dispone de 15 fichas de un color diferente a las de su adversario. El objetivo de cada jugador es llevar todas sus fichas a su tablero interno y luego sacarlas.

Divertimento milenario

El origen de este juego puede rastrearse en las antiguas civilizaciones de Irán e Irak, hace unos 5 mil años. En Argentina lo introdujeron inmigrantes sirios, libaneses, griegos, armenios y judíos con origen en Israel y los descendientes de éstos. El ingeniero Bertot relata: “Dicen que el origen del juego es persa; los romanos y los musulmanes lo expandieron en Europa, Egipto, Turquía, Grecia, e Israel”.

“Algunos lo llamaban tauli; tric trac, en francés; tavola, en italiano; y tablas reales en España. Hay distintas versiones sobre el nombre backgammon, una dice que proviene del anglo-escocés, back: jugar desde atrás”, agrega Bertot.

En el tablero de juego interviene el azar y la estrategia, por eso es estimulante para el pensamiento lógico. Se puede jugar a cualquier edad y sólo es necesario saber contar.

Alberto Bertot cuenta: “En Córdoba no está muy difundido. Era muy famoso en la década del ´70, ya que una marca de cigarrillos organizaba torneos en varias ciudades argentinas. Actualmente, hay mucha gente que lo juega por Internet. En los torneos en Córdoba participan unos 20 jugadores. Desde hace 12 años hacemos un torneo mensual y al fin de año coronamos al campeón cordobés y a Miss Backgammon, la mejor jugadora”.

Más que un juego

Pero, ¿qué tiene de especial este juego que no tienen otros juegos de mesa? Responde Bertot: “Como todos los juegos, apasiona. Puedo decir que este juego tiene un 30 por ciento de factor suerte al utilizar dos dados para mover o comer las fichas, entonces esa incertidumbre se transforma en un desafío. Hay que jugar mucho y con el tiempo los apasionados por los juegos quedan atrapados”.

Para agendar

Con esta propuesta, el Centro Cultural Córdoba invita a sumarse al grupo de jugadores de backgammon. Antes de comenzar la práctica, los organizados brindan a los principiantes una clase de introducción. Los próximos encuentros son los días 1 y 8 de abril, a las 17, en avenida Poeta Lugones 401. La entrada es libre y gratuita.