​​​Rosa Ana Tinti, una metáfora en el cielo de Córdoba

Las iglesias de Tinti evocan aquella ciudad “antigua y religiosa” que el poeta Ricardo Arrieta describe en los versos de Córdoba de Antaño. Pero las cúpulas pintadas por Rosa Ana Tinti no están estrictamente asociadas a la tradición monacal de la ciudad. En sus templos hay religiosidad en un reino de poesía.

La Agencia Córdoba Cultura rescata el legado de esta artista plástica en una muestra homenaje, en el Espacio Cultural Museo de las Mujeres -Rivera Indarte 55-. La muestra está acompañada por pinturas de sus contemporáneos y amigos, entre los que se encuentran Martha De Ferrari, Ana Gentile, Silvia Germán, Marta Giraudo, María Luque, Marta De Miguel, José Ricardo Medina, Antonio Monteiro, y Ricardo Tschambler.

La poética de los campanarios
Rosa Ana Tinti pintó mucho. Su trabajo de atelier podría ordenarse de la siguiente manera: temas florales; figura humana; paisajes serranos; naturaleza muerta; las canteras de Calera; tiene, además, una serie de estampas de la vida de Fray Mamerto Esquiú (1826-1883), el sacerdote que tuvo una destacada participación en debates de índole social. En tanto, desarrolla una serie de pinturas de iglesias de Córdoba que son un rasgo distintivo de su obra.

“Allí están las cúpulas, los tejados viejos y las torres que nos recordarán con un lenguaje nuevo que el hombre es prójimo del hombre. Cuando paso por una iglesia, a mí me detiene su actitud de cronopio que disimula, bajo los ocres capullos mineralizados de sus revoques, la fuerza y la coherencia de sus volúmenes”, expresa Rosa Ana Tinti en una entrevista con el diario Tiempo de Córdoba (1980).

Martha Bersano, escultora que trabajó en la producción de esta exposición homenaje, opina: “Con una imagen afable, aparentemente ingenua, es la celebración del color, es Córdoba y sus campanarios, es el centro histórico, es un volver a la niñez, es el paisaje urbano en una narración casi surreal, impregnada de poesía”.

Enérgica y generosa
Nació en Córdoba, ejerció la docencia en la escuela primaria y dio clases de italiano. Se licenció en Artes en la Universidad Nacional de Córdoba. Ana Rosa Tinti pintó su aldea y puso especial énfasis en las cúpulas de la fe católica que se erigen del centro de la ciudad.

En su tiempo de formación académica, Rosa Ana Tinti siguió el consejo de maestros como José De Monte, Raúl Pécker y Armando Ruíz. Completó sus estudios de arte en 1971. Poco después, en 1974, tomó clases de Diseño Didáctico con el plástico cordobés Ernesto Farina, a quien la artista admiraba.

La escultora Martha Bersano traza un perfil fidedigno de Rosa Ana Tinti en el catálogo que acompaña la muestra Homenaje. “Pequeña, enérgica, de carácter firme, de fuertes convicciones religiosas. Su exigencia era consigo misma y luego traslada a los demás. Poseía una enorme generosidad a la hora de compartir sus conocimientos”, dice.

Rosa Ana Tinti ganó en 1974 un premio para estudiar educación en Roma. La artista plástica era una gran viajera que recorrió toda Argentina y muchos otros países, recuerda Martha Bersano.

Ana Rosa Tinti
Nada queda al azar aunque azaroso
es el orden que el juego sintetiza
y el mundo así jugando se organiza
en fiesta del color, canto y reposo.

El pincel traza el vínculo curioso
de la flor con el niño y armoniza
a la iglesia vetusta con la huidiza
visión de un carrusel en vuelo airoso.

Rosa Ana Tinti pinta un nostalgioso
plano de la ciudad, donde gozoso
el corazón contempla y eterniza.

Y no sabremos nunca si suaviza
las texturas de un mundo que agoniza
o despierta el soñar con suave acoso.

Osvaldo Pol, Homenaje. Poemas dedicados a pintores de Córdoba​